La ciudad de Nueva York anunció este lunes que a partir de mediados de septiembre requerirá a todos los empleados municipales que se vacunen contra la covid-19 o que se sometan a pruebas semanales del virus.
Sólo unos días después de anunciar esa medida para los trabajadores de los hospitales públicos, el alcalde de la Gran Manzana, Bill de Blasio, la amplió hoy al resto de los alrededor de 340.000 empleados que tiene el Ayuntamiento, una cifra que incluye a funcionarios de todos los ámbitos, maestros o policías.
El movimiento llega en un momento en el que el ritmo de vacunaciones se ha estancado y en el que los casos de coronavirus vuelven a subir con fuerza a causa del avance de la variante delta.
Según los últimos datos, sólo un 54 % del total de habitantes de la ciudad han completado su vacunación, lo que supone que hay más de tres millones de personas sin vacunar, mientras que el porcentaje sube hasta el 65 % si sólo se tiene en cuenta a los adultos.
Entre los empleados municipales, el porcentaje de vacunados es relativamente bajo en cuerpos como el de Policía, según las cifras que se han ido conociendo.
Las autoridades están tratando de acelerar el ritmo de vacunaciones, que se ha ralentizado en los últimos meses, y hoy De Blasio insistió en que la vacuna sigue siendo la clave para frenar la enfermedad.
A los no vacunados, dijo el alcalde, se les volverá a exigir que usen mascarilla siempre que estén trabajando en interiores y no sólo en los lugares donde seguían siendo obligatorias como el transporte público o las escuelas.
Además, De Blasio volvió a animar al sector privado a exigir a sus empleados que se vacunen o, como mínimo, que se sometan a pruebas semanales de la covid-19.
“Mi mensaje para el sector privado es que vayan lo más lejos que puedan ahora mismo”, dijo el alcalde en una conferencia de prensa.
Nueva York fue uno de las mayores epicentros de la pandemia a nivel mundial el pasado año y, tras superar otra fuerte ola entre finales de 2020 y principios de 2021, consiguió estabilizar la situación y reducir los casos al mínimo.
En las últimas semanas, sin embargo, el número de contagios ha vuelto a aumentar, algo que las autoridades atribuyen a la variante delta, que se ha extendido con fuerza en Estados Unidos.