La guerra en Ucrania, como todas, es especialmente cruel con miles de niños y niñas incapaces de asimilar tanto sufrimiento inesperado, tanto horror. Muchos se guarecen de la muerte en los refugios, lejos de su vida cotidiana y de sus hogares. Ellos son los protagonistas de las imágenes más insoportables de este conflicto.
Al menos siete millones y medio de niños ucranianos están expuestos a un impacto emocional severo. Así lo confirma Andrés Conde, Director General de Save The Children: "Hay una situación de angustia y estrés emocional".
Tanto entre los que escapan de las bombas, como entre los que se cobijan en refugios con canciones que plantan cara al miedo. Para las víctimas más pequeñas de la guerra los primeros auxilios psicológicos son prioritarios, para poder ofrecerles esperanza y un futuro diferente al desgarro de dejar atrás su hogar, su escuela y en muchos casos a sus propios padres.
La ONU ha elevado drásticamente este martes las necesidades humanitarias de Ucrania tras la ofensiva militar ordenada el pasado jueves por el presidente ruso, Vladimir Putin, en la medida en que estima que serán doce millones las personas que requerirán ayuda dentro del país y puede haber hasta cuatro millones de refugiados en los países vecinos.
Naciones Unidas estimó en noviembre que en 2022 necesitarían ayuda 2,9 millones de ucranianos, pero la escalada de la violencia le ha obligado a actualizar su análisis y, con él, la petición de fondos. Ahora reclama 1.700 millones de dólares (unos 1.520 millones de euros), según una petición que incluye a las agencias de la ONU y organizaciones aliadas.
Con parte de este dinero --1.100 millones de dólares, en concreto--, la labor humanitaria llegaría a seis millones de personas durante tres meses. La asistencia contempla desde la entrega de dinero en efectivo a la reconstrucción de vivienda, pasando por temas de alimentación, agua y saneamiento, educación o atención médica.