También están en el frente, luchando por su país. Algunos ucranianos afincados desde hace muchos años en España. Algunos han dejado aquí a sus familias para ayudar o han rechazado un puesto en la liga de fútbol para combatir por Ucrania. Nikita era portero profesional en Extremadura, pero decidió cambiar los balones por las armas para ayudar a su país." Mi padre era militar y me enseñó a usar armas". Los ucranianos han sorprendido a Putin, capaces como son de desactivar minas con botellas de agua.
Desde Dnipro, ciudad bombardeada con saña en las últimas horas, lanza un mensaje de ayuda. "Quiero pedir ayuda, para los militares y sus familias". Él lleva 10 días sin ver a sus seres queridos, pero tiene clara cuál es su misión: "Es nuestro país, nuestras ciudades, ellos vienen para morir".
Lejos de su familia también está Oksana. Vivía en Cartagena pero volvió a Borispol para cuidar a su madre y a su abuela. Ella puede volver cuando quiera pero qué pasa con el resto. Su capacidad de sacrificio en medio de una guerra es admirable. "Si hace falta allí tiene que estar allí·, dice su familia en España. También admirable.
Esa es su mentalidad. Y eso explica muchas cosas que están pasando en esta guerra. Cada mañana, ella acude como voluntaria a un centro de guerra para ayudar a los soldados. "Antes era un restaurante, ahí tenemos ropa, mantas, colchones, comida…
Su familia la escucha a distancia temerosos por su vida pero llenos de orgullo. "Es una madre, hija, nieta guerrera, una mujer muy fuerte", dice su hijo Anton. Su marido, José Antonio, emocionado, recuerda su sitio favortio de su casa en España. El rincón en el que mira sus plantas. Ahora José Antonio las riega con cariño esperando el momento en el Oksana vuelva de nuevo a casa.