Con más fuerza que nunca, la tierra ha vuelto a temblar en la costa sur de Puerto Rico. Un terremoto de 6,5, en la escala Richter, el más fuerte registrado aquí hasta la fecha, ha dejado a su paso un panorama desolador. Negocios reducidos a escombros, casas derrumbadas o al borde del derrumbe.
Un hombre de 73 años ha muerto dentro de su vivienda, cuando una pared de su casa se ha venido abajo. Más de 300 personas han tenido que ser evacuadas, muchas de ellas no saben si podrán regresar a sus hogares.
El seísmo también ha afectado al sistema eléctrico que poco a poco se restablece en algunas zonas y ante un posible colapso, los pacientes de un hospital fueron desalojados y atendidos en plena calle. Una situación límite, por lo que se ha decretado el Estado de emergencia y se ha movilizado a la Guardia Nacional.
El lunes otro terremoto azotó la isla, destruyendo consigo esta formación rocosa que imitaba una ventana en este paraje natural, turístico por excelencia que ahora ya no existe.