La vivienda donde dormía una mujer con sus dos hijas pequeñas empezó a arder. Afortunadamente, la rápida intervención de uno de sus vecinos le ha salvado la vida a esta familia de Arizona, en Estados Unidos.
Para que las llamas no provocaran una tragedia fue providencial la acción de dos vecinos. Primero esta mujer, y después, y sobre todo un hombre que lanza el primer aviso. “La casa está en llamas”, dice.
Los vecinos han visto el fuego al otro lado de la casa y empiezan a dar golpes para despertar a sus ocupantes. Cada vez golpean más insistentes hasta conseguir una respuesta del interior.
“En que puedo ayudarte”, se escucha que alguien dice desde dentro. “Tu casa está ardiendo”, le responde.
Recibido el aviso, la mujer tardará unos segundos en abrir la puerta. Aparece en ropa interior con una bebé, que entrega a su vecino. Vuelve a entrar en la casa y pasa medio minuto eterno antes de que vuelva a abrir para poner a salvo a su otra hija, de solo un año, evacuada también a la carrera por el mismo hombre.
El héroe regresa una tercera vez para asegurarse de que la mujer sale y ya no hay nadie más en la casa.
La conducta del vecino de Arizona ha sido ejemplar. Una especie de ángel de la guarda entre una familia y un destino terrible.