Una niña de tres años, Aylee Gordon, murió el pasado 25 de diciembre, día de Navidad, tras dispararse accidentalmente en la cabeza con un arma de fuego. Los hechos ocurrieron en el condado de Henderson, al sur de Asheville, en Carolina del Norte, Estados Unidos.
Sobre las dos y media de la madrugada, el padre de la pequeña, capitán retirado de la Oficina del Sheriff, llamó al 911 para alertar acerca de que la menor había cogido un arma de fuego y se había disparado con ella por accidente.
La niña fue trasladada en helicóptero al Hospital Mission, para ser intervenida de urgencia por los médicos. Lamentablemente, estos no pudieron hacer nada por ella y falleció el pasado martes, según informa CNN. Las investigaciones por esclarecer los hechos continúan.
El pasado año, en Estados Unidos, más de 5.000 niños menores de 18 años murieron o resultaron heridos en incidentes con armas, según el Archivo de Violencia con Armas.