Se acerca el 9 de mayo. Día muy especial para Rusia y también para Vladimir Putin, con la celebración del Día de la Victoria. Como cada año, en Moscú, un gran desfile recorrerá las calles de la capital para ensalzar el nacionalismo del país, aunque en esta ocasión, al menos desde fuera de las fronteras, quede ensombrecido por la invasión militar en Ucrania, que suma ya 55 días.
Todo parece indicar que la guerra tendrá protagonismo en la celebración, puesto que Moscú podría estar preparando su desfile militar con cuadrillas de aviones rusos que dibujarán en el cielo la Z, el símbolo del apoyo ruso a la invasión de Ucrania, presente en los tanques rusos desplegados en el país vecino.
Las tropas militares de Vladimir Putin se centran en la victoria del Dombás, mientras que en el país lograr que los ciudadanos rusos mantengan una postura apartada de la doctrina oficial se vuelve cada vez más difícil. Los medios de comunicación más críticos con el Kremlin han sido silenciados hace semanas, las manifestaciones restringidas por completo y solo algunos se atreven a protestar públicamente y de manera aislada, para después atenerse a las consecuencias de sus actos. Nadie puede empañar la gran fiesta patriótica del Vladimir Putin.