Escena surrealista en un certamen de belleza en Siri Lanka, donde se ha producido una imagen que ha dado la vuelta al mundo: la de Pushpika De Silva erigiéndose como reina de la belleza del país, saludando y lanzando besos durante apenas unos segundos antes de que su predecesora, Miss Sri Lanka en 2019, apareciese en escena para literalmente arrebatarle la corona de la cabeza. Caroline Jurie, quien también fue Miss Mundo en 2020, decidió despojarla del premio alegando para ello, nada más y nada menos, que “hay una norma que dice que tienes que estar casada y no divorciada” para ostentar el título.
Así, directamente, se acercó a Pushpika y le arrebató la corona mientras el resto de modelos que se encontraban junto a ella no hicieron absolutamente nada por evitarlo. Al contrario, Jurie decidió inmediatamente poner la corona a “la primera finalista”, mientras Pushpika, resignada y agraviada, se marchó del lugar sin que le presentaran opción a siquiera expresarse.
Sin remordimientos, Jurie alzó los brazos como si acabase de lograr una victoria, mientras la nueva miss, coronada por su gracia, posaba sonriente antes de recibir un beso suyo, así como la felicitación del resto.
El lamentable espectáculo, –que se produjo en el Teatro Nelum Pokuna Mahinda Rajapaksa de Colombo–, fue además emitido en prime time, horario de máxima audiencia, y ha provocado también conmoción en el país.
Pocas horas después de lo sucedido, como informa The Washington Post, la miss despojada de su corona aclaró que no estaba devorciada, sino separada, y que nadie le advirtió que fuera un problema. Además, recientemente ha denunciado que sufrió heridas en la cabeza por la forma brusca en que le arrebataron la corona.
Desde la organización encargada del certamen se han manifestado “protundamente perturbados” por el “desafortunado” suceso, condenando el comportamiento de Jurie y confirmando que De Silva era la ganadora.
La organización, por difícil de creer que pueda resultar, requiere que las concursantes estén casadas. Las ganadoras compiten en un concurso mundial de Miss Mundo para mujeres casadas.
Desde sus redes sociales, Pushpika ha lamentado los hechos pero ha querido trasladar que ha perdonado a quienes la hicieron daño:
“No odio a nadie y he perdonado a los que me hicieron eso en el mismo momento. Nada puede ser ganado por el odio”, ha dicho, en un mensaje en el que además defiende haber empleado su lengua materna, el Sinhala, durante todo el torneo, y dice sentirse orgullosa de su país, aunque deja ver que la cuestión tiene un trasfondo político a analizar.