Además de escenas de bombardeos y destrucción, a veces llegan imágenes que nos conmueven pero de otra manera. Y es que la música también sigue acompañando esta guerra. Si hace unos días, Amelia, una niña ucraniana, sorprendía al mundo cantando 'Let It Go' de Frozen desde un búnker de Kiev, ahora es un soldado ucraniano quien toca el violín y lo convierte en su arma de resistencia.
Sus compañeros de batalla escuchan atentamente cada nota para olvidar, al menos durante un instante, el horror y todo el dolor que hay a su alrededor.
La música está desempeñando un papel importante en las expresiones de protesta y solidaridad ante el conflicto militar entre Rusia y Ucrania, dos países que pueden presumir de ser la cuna de compositores y músicos universales.
Una joven violinista ucraniana, cuya identidad se desconoce, convirtió un refugio antiaéreo en su particular sala de conciertos, en un conmovedor vídeo divulgado en redes sociales. En el mismo se le puede ver tocando una melodía lírica para las familias que buscan refugio junto a ella en un sótano de la localidad de Járkov.