Más cerca de la guerra. Rusia no logra aún romper la estrategia común de la UE y tensa la cuerda. EEUU habla de guerra de forma clara. La diplomacia pierde fuelle aunque a nadie le interese un enfrentamiento. La tensión no disminuye a pesar de los esfuerzos diplomáticos como el que vimos entre Vladímir Putin y Emmanuel Macron. Hoy sabemos, que el presidente francés rechazó hacerse una PCR antes de verse con Putin para evitar que se hiciera con su ADN. De ahí, esa mesa casi kilométrica entre ambos. Eso indica la confianza que se tiene en Putin.
Otras fuentes señalan que Macron ya se había hecho una prueba PCR antes de salir de Francia, además de una prueba de antígeno hecha por su médico personal ya en Rusia. No obstante, el protocolo de salud de Putin le obliga a "mantenerlo en una estricta burbuja". Además, fuentes del Elíseo indicaron que "las condiciones protocolarias que hubieran permitido una reunión con los dos jefes de Estado con una distancia menor no eran ni aceptables ni compatibles con los problemas de agenda" del líder francés.
Mientras tanto ha llegado un nuevo cargamento de armas estadounidenses a Ucrania. El temor a una inminente invasión rusa en el país aumenta por momentos. Joe Biden recomienda a sus ciudadanos que salgan de allí ya. Una amenaza de guerra que nos retrotrae a otros tiempos. Por su parte, Rusia ya prepara un plan de evacuación de su embajada en Kiev y ha dado luz verde a las maniobras militares con Bielorrusia. Y sus 6 buques de guerra ya están preparados en aguas del Mar Negropara empezar los ejercicios navales
Toma fuerza la vía militar frente a una vía diplomática encallada. El ministro de exteriores ruso califica su encuentro de ayer, con su homóloga británica, de diálogo entre un mudo y un sordo. Rusia echa más leña al fuego después de descalificar a la ministra de exteriores de Reino Unido. A Sergei Lavrov no le ha gustado nada la respuesta de la UE después de enviar una carta a cada país por separado con sus peticiones. Josep Borrell le ha devuelto una sola misiva en nombre de los 27 ministros.
Boris Johnson lo tiene claro: "Si las tropas rusas invaden Ucrania habrá un derramamiento de sangre", tras reunirse en Bruselas con el secretario general de la OTAN que reconoce que "es un momento peligroso para la seguridad europea". Alemania deja claro que "lo que está en juego es evitar una guerra en Europa". Rusia cree que la UE "en lugar de respuestas honestas de cada país quiere presentar un papel colectivo, que no reflejará los matices de las posturas nacionales". Lo que quiere Rusia es una división que todavía no logra.
Ante una de las preguntas sobre una posible operación por parte de Estados Unidos para rescatar a los estadounidenses que viven en Ucrania, Biden ha respondido que "no contemplan ningún escenario, ya que sería una guerra mundial en el momento en el que los estadounidenses y Rusia empezaran a dispararse los unos a los otros".