Varias personas vinculadas al Real Madrid han reclamado el fin de la guerra que Rusia comenzó el pasado jueves contra Ucrania. Pero la voz de una de ellas tiene más motivos que ninguna para hacer esa petición, la de Luka Modric. El centrocampista croata era un niño cuando vivió la guerra en la extinta Yugoslavia.
Con sólo 5 años le pilló el conflicto en su país, Croacia, que estalló en 1991. Huyó a Zadar entre bosques y montañas para escapar de la crudeza. Y su historia, de la que ha hablado con dolor en alguna entrevista, eriza la piel de cualquier ser humano. "Tenía una relación increíble con mi abuelo. Mis padres trabajaban y pasaba mucho tiempo con él. Me afectó mucho. Era pequeño y aún no era consciente de por qué pasan algunas cosas, pero tengo grabado cómo le fueron a buscar. Es una pena que no haya visto lo que he logrado, pero espero que lo haya visto desde arriba".
Las palabras de Modric son las de una persona cuya infancia estuvo marcada por un conflicto bélico. "Nos fuimos a Zadar a un hotel con otros refugiados. Tenía 6 años y vivía en 20 metros con mis padres y una hermana pequeña. Fue una infancia dura, pero la recuerdo con alegría. Había muchos niños y frente al hotel jugábamos al fútbol y podíamos no pensar en lo que pasaba alrededor", relató.
También recordó que "a menudo caían las bombas, a lo mejor a cien metros, y teníamos que correr al búnker antes de volver a entrenar o irnos a casa".
El croata se ha sumado a la ola de mensajes contra las ofensivas rusas, escribiendo en su cuenta de Twitter: "Crecí en una guerra y no se lo deseo a nadie. Hay que acabar con esta tontería donde muere gente inocente. Queremos vivir en paz. #StopWar".
Por otra parte, el guardameta ucraniano del conjunto blanco, Andriy Lunin, estuvo en la convocatoria por la paz que se celebró este domingo por la mañana en la madrileña plaza de Colón. Ausente en el encuentro en Vallecas, el club le ha transmitido todo el cariño en estos momentos complicados.