El colectivo de arte protesta ruso Pussy Riot actuará con su punk feminista en España este mes de junio para lo que ha programado tres conciertos los días 1, 2 y 4 con la presencia de una de sus fundadoras, Maria Aliojina (Masha), tras haber logrado escapar de Rusia y de su arresto domiciliario.
La gira del colectivo ruso comenzará en España en la barcelonesa sala Razzmatazz, seguirá al día siguiente en Zaragoza en la sala Oasis, y finalizará en la madrileña sala Shoko, informan los organizadores en una nota de prensa.
Las entradas de estos conciertos se venderán utilizando la App Tiketblok, que permite a los seguidores decidir cuánto quieren pagar por sus entradas, y así el usuario puede indicar el precio que está dispuesto a pagar por sus entradas para que, después, un algoritmo se encargue de distribuirlas de manera justa e inteligente.
Pussy Riot es un colectivo de arte de protesta feminista ruso con sede en Moscú, fundado en marzo de 2011 que llevó a cabo actuaciones de punk rock de guerrilla no autorizadas en lugares públicos inusuales, que se convirtieron en videos musicales y se publicaron en Internet.
Los temas de las canciones del colectivo incluían el feminismo, los derechos LGBT y la oposición al presidente ruso Vladímir Putin a quien el grupo considera un dictador. `
Ganaron notoriedad mundial cuando cinco integrantes de la banda realizaron una performance de oración punk dentro de la Catedral de Cristo Salvador de Moscú en 2012.
El 17 de agosto de 2012, tres integrantes de las Pussy Riot, Nadezhda Tolokonnikova, Maria Aliójina y Ekaterina Samutsevich, fueron condenadas por "vandalismo motivado por odio religioso", y cada una fue condenada a dos años de prisión.
Maria Aliójina ha logrado escapar de Rusia con ayuda exterior y de sus amigos para evitar ser víctima de la creciente represión que ha impuesto en el país el presidente, Vladímir Putin, informó The New York Times.
En abril pasado, mientras Putin reprimía con más dureza cualquier crítica a su guerra en Ucrania, las autoridades anunciaron que Aliójina, entonces en arresto domiciliario, pasaría a cumplir 21 días de condena en una colonia penal.
La activista decidió entonces que se iría de Rusia, al menos temporalmente, y se disfrazó de repartidora de comida a domicilio para evadir a la policía de Moscú que había estado vigilando el apartamento de una amiga en el que se alojaba.