Kramatorsk se convirtió en un símbolo de la guerra al ser bombardeada su estación de tren y provocar la muerte de más de 50 personas, casi todas mujeres y niños. Vladimir Putin se ha cebado con la ciudad ucraniana, pero la policía de Kramatorsk está trabajando desde un sótano para encontrar los siguientes posibles objetivos y ayudar a los civiles que aún quedan allí.
La policía de Kramatorsk rastrea desde ahí las imágenes de la ciudad y son los primeros en llegar para ayudar a los civiles atacados. Un policía explica cómo fue la escena que se encontraron al llegar a la estación de tren que bombardeó Rusia: “Había gente sin brazos ni piernas, les hicimos torniquetes”.
El Ministerio de Defensa de Rusia ha alertado de que el Ejército de Ucrania atacará "en un futuro próximo" la estación de tren de Lozova, en la región de Járkov, donde se alojan decenas de refugiados.
Según ha detallado el jefe del Centro de Control de Defensa Nacional de Rusia, el coronel Mijail Mizintsev, el Ejército ruso cuenta con "información fidedigna" sobre que el Gobierno ucraniano ordenará atacar esta infraestructura, según la agencia rusa TASS.
La semana pasada ya se registró un ataque aéreo sobre la estación de tren de Kramatorsk y por el que tanto Rusia como Ucrania se han acusado mutuamente de ser los autores. Ahora Mizintsev ha alertado de que el ataque se llevará a cabo con misiles 'Tochka-U', mismo modelo empleado en Kramatorsk y cuyo uso es exclusivo de las Fuerzas Armadas ucranianas.
El alto mando militar ha apuntado que, con el fin de simular que el ataque es lanzado desde el territorio controlado por Rusia en el este del país, el Ejército ucraniano lanzará su ataque desde Staromijailovka, una población cercana a Donetsk.
"Advertimos a los países del llamado Occidente civilizado, encabezado por Estados Unidos, por adelantado que Rusia tiene una base de pruebas operativas sobre los terribles crímenes que se avecinan del régimen de Kiev", ha zanjado Mizintsev.