Comandos de las fuerzas especiales entran al centro comercial para dar caza al hombre más buscado. Los agentes también han traído hasta aquí a la madre del atacante. El objetivo es convencerle para que se entregue. Todo el país se hace la misma pregunta: qué ha llevado a un sargento de 32 años a protagonizar esta masacre.
Sus mensajes incoherentes en Facebook no dan muchas pistas. "Enriquecerse de la corrupción y de aprovecharse de otros, ¿Creen que se van a llevar el dinero para gastarlo en el infierno?", ha escrito en su cuenta. Un portavoz policial ha llegado a declarar que no hay motivo, simplemente el militar se ha vuelto loco.
La prensa local habla ya de una disputa por la venta de un terreno como la causa del ataque. El soldado habría matado primero a las personas involucradas en esta operación en su base militar. Muy activo en las redes sociales, había dejado constancia de su pasión por las armas de fuego. En plena masacre ha tenido la sangre fría de publicar varios selfis, posando delante de la explosión provocada por él mismo y armado con uno de los rifles robados de la base militar.
También ha colgado otra de sus armas. Hasta se ha quejado en directo de dolor en su dedo por disparar. Toda Tailandia contiene la respiración. Al menos 12 rehenes están en sus manos.