Las policías británica y alemana han informado este miércoles que tienen un nuevo sospechoso en la desaparición en 2007 de la pequeña Madeleine McCann, de tres años, y han solicitado información sobre un ciudadano alemán que actualmente está encarcelado en Alemania por un asunto no relacionado con este caso. Christian Brueckner, de 43 años, habría viajado a Portugal en una furgoneta en el periodo en el que se produjo la desaparición.
Ahora un nuevo caso sale a la luz, al que han llamado la 'Maddie de Alemania'. El sospechoso de asesinato de Madeleine McCann ahora también podría estar involucrado en la desaparición de una niña alemana de 5 años, tal y como afirmaba su familia.
La Fiscalía alemana sostiene que este delincuente sexual reincidente mató a Maddie. "Asumimos que está muerta", afirmó el primer fiscal de distrito, Hans Christian Wolters, sobre un caso considerado en Alemania como homicidio, mientras en Portugal y el Reino Unido sigue tipificado como una desaparición.
Por ello, las preocupaciones crecen ahora que ha salido a la luz el nuevo sospechoso del caso Madeleine y que cobra fuerza en la descripción de la pequeña Inga Gehricke, que desapreció en Alemania en 2005. La pequeña desapareció en un bosque durante una barbacoa familiar en el estado de Sajonia-Anhalt, a unos 80 kilómetros de Berlín. Se ha confirmado que el delincuente sexual se encontraba en la región en el momento de su desaparición, según informaciones de 'Bild'.
Un abogado de la familia de Inga ha expresado su preocupación ya que el principal sospechoso del caso de Madeleine se encontraba cerca de Inga cuando se la perdió el rastro.
Durante años se estuvo buscando la pista de la pequeña, incluso la casa que Christian Brueckner tiene en Neuwegersleben fue registrada, pero los investigadores no encontraron ninguna pista que pudiera incriminarlo.
Sin ninguna señal por ahora de que se haya hallado el cadáver de ninguna de las dos niñas, por ahora Brueckner no habría reconocido ninguno de los dos crímenes ni colaborado tampoco con la investigación.
Acumula un amplio historial criminal por delitos sexuales y tráfico de drogas, con una primera condena a los 17 años en Baviera por abusar de un niño. Junto a un último caso por tenencia de pornografía infantil, en sus antecedentes figura una violación cometida en el sur de Portugal en el 2005, año y medio antes de la desaparición de Maddie. La víctima fue una estadounidense de 72 años, a la que ató, pegó, agredió sexualmente y robó. Su procesamiento se demoró más de un decenio, hasta que lo incriminó una prueba de ADN.