Gerod Buckhalter, un jugador de 33 años, ha tenido un microchip de Deep Brain Simulation (DBS) implantado en su cerebro para ayudarlo a superar su adicción a los medicamentos para el dolor. Debido a su historial de sobredosis, ha luchado durante más de una década con la adicción a los opioides y la benzodiacepina.
Hasta el momento, esta tecnología ha demostrado ser muy útil para quienes padecen la enfermedad de Parkinson para reducir los temblores. Además, creen que si resulta ser exitosa, otros pacientes podrían detener su adicción a los opioides. De momento, esta operación solo se ha llevado a cabo en Estados Unidos.
El implante funciona de manera similar a un marcapasos, produciendo pulsos electrónicos para estimular el cuerpo. Además, ya ha sido aprobado para su aplicación en casos de distonía, epilepsia y trastorno obsesivo compulsivo.
Por otro lado, el Instituto de Neurociencia Rockefeller (RNI) de la Universidad de West Virginia que realizó la operación, dijo que esperaba que también ayudara a limitar los impulsos asociados con la adicción a los opiáceos. "La adicción es una enfermedad cerebral que involucra todos los centros de recompensa en el cerebro, y necesitamos explorar nuevas tecnologías, como el uso de DBS, para ayudar a aquellos que se encuentran severamente afectados por el trastorno por uso de opioides", dijo el Dr. Ali Rezai, el investigador principal que lidera juicio.
Virginia Occidental tiene la tasa más alta ajustada por edad de muertes por sobredosis de drogas que involucran opioides en los Estados Unidos. “En 2017, las muertes por sobredosis de drogas con opioides, en Virginia Occidental, fueron de 49.6 muertes por cada 100.000 personas”, según el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas.