Una mujer decidió abortar cuando se encontraba en el séptimo mes de gestación porque no se encontraba preparada para ser madre, una decisión que tomó libremente pero que su expareja no quiso aceptar. Antes de que sucediera el aborto, Juan Pablo Medina, el fecundador, inició una campaña a través de sus redes sociales para tratar de parar lo que él calificaba de un "asesinato".
El hombre exigía que la mujer tuviese el bebé y se lo entregase a él para que lo cuidase, algo que finalmente no sucedió por decisión propia de la mujer gestante. Por ello, Juan Pablo ha asegurado que irá hasta los tribunales, acusando a su expareja de un delito de homicidio, según el medio Semana.
Esta situación ha abierto el debate sobre el aborto en Colombia, donde han sucedido los hechos, y donde desde el año 2006 las mujeres pueden acceder al aborto de manera segura cuando haya malformación fetal, el embarazo sea resultado de violencia sexual o cuando supone un peligro para su salud física o mental o para su vida.
Desde la Fundación Profamilia del país han querido apoyar a la mujer, que se ha enfrentado en los últimos días a una campaña de persecución por su decisión: "La vivencia de la sexualidad y reproducción es íntima e individual."