Reino Unido ha despedido el sábado al duque de Edimburgo y esposo de la reina Isabel II, con quien estuvo casado 73 años. Se ha celebrado una pequeña ceremonia familiar debido a las restricciones por el coronavirus a la que solo han acudido 30 invitados, entre ellos el duque de Sussex, Harry, que lo ha hecho sin la compañía de su mujer Meghan Markle, embarazada de su segundo hijo.
En estas circunstancias, Harry, que vive junto a Meghan Markle y su hijo Archie en Los Ángeles, California (EEUU), se ha reencontrado con su familia y con su hermano William, con quien ya aseguró que mantenían una relación distante desde su decisión de alejarse Buckingham con su familia.
Así, y tal y como estaba previsto, Harry ha caminado tras el féretro de su abuelo junto a los hijos y el resto de nietos del duque de Edimburgo. En esta marcha, Peter Phillips, ha quedado en medio de los dos hermanos hasta que el ataúd ha sido introducido en la capilla, sobre los hombros del Jefe del Estado Mayor de Defensa, General Sir Nicholas Carter, junto con los jefes del Ejército, las Fuerzas Aéreas y la Marina británica.
Después de un servicio en la Capilla de San Jorge a cargo del Decano de Windsor, con el ataúd en la Bóveda Real, el Arzobispo de Canterbury ha dado su bendición. Y, tras finalizar, ya a la salida de la capilla se ha podido ver a Harry y William sin distancia. Incluso, en el exterior ambos hermanos han sido vistos hablando mientras caminaban uno al lado del otro.
De acuerdo con las regulaciones de salud actualmente vigentes en Inglaterra, solo 30 invitados han asistido a la ceremonia, la mayoría de ellos miembros de la Familia Real. El primer ministro británico, Boris Johnson, anunció la semana pasada que se excusaría del evento para permitir la entrada de más familiares y allegados.
Por descontado, han acudido la reina Isabel II, así como los cuatro hijos de la pareja (el príncipe Carlos, príncipe de Gales; Ana, Princesa Real; el príncipe Andrés, duque de York; y el príncipe Eduardo, conde de Wessex) y sus ocho nietos (el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, y el príncipe Enrique, duque de Sussex, hijos del príncipe de Gales y la princesa Diana de Gales; la princesa Beatriz de York y la princesa Eugenia de York, hijas del duque de York; Lady Luisa Windsor y Jabobo, vizconde Severn, hijos de los condes de Wessex; y Peter Phillips y Zara Tindall, hijos de la princesa Ana).
También han asistido la sobrina y el sobrino de la reina (David Armstrong-Jones, conde de Snowdon, y lady Sarah Chatto, hijos de la princesa margarita) y tres de sus primos (Ricardo, duque de Gloucester; Eduardo, duque de Kent y la princesa Alexandra).
Además, acudirán los parientes alemanes del príncipe Bernhard, el príncipe heredero de Baden; el príncipe Donato y el príncipe Felipe de Hohenlohe-Langenburg. La condesa Mountbatten de Birmania, amiga cercana del príncipe Felipe, también asistirá al servicio.
Algunos de los cónyuges de los hijos y nietos de la reina se han incluido en la lista de invitados (Camilla, duquesa de Cornualles y mujer del príncipe Carlos; Kate, duquesa de Cambridge y mujer del príncipe William; Edoardo Mapelli Mozzi, marido de la princesa Beatriz; Jack Brooksbank, marido de la princesa Eugenia; Sophie, condesa de Wessex, mujer del príncipe Eduardo; el vicealmirante Sir Timothy Laurence, segundo marido de la princesa Ana; Mike Tindall, marido de Zara Tindall; y Daniel Chatto, marido de Sarah Chatto). Pero Meghan, duquesa de Sussex y esposa del príncipe Harry, no ha asistido al funeral debido a su embarazo.