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Cada día que pasa siguen llegando escenas de la guerra que encogen el corazón de cualquiera. Un grupo de periodistas, al norte de la capital ucraniana, Kiev, busca refugio mientras, no muy lejos de ellos, las tropas rusas descargan su artillería. Intentan ocultarse y ponerse a salvo al mismo tiempo que algunos incluso rezan por sus vidas. Un infierno del que consiguen escapar en un vehículo. Esta misma semana pudimos ver cómo los periodistas que informan desde primera línea de fuego se juegan la vida.
Cerca de Kiev es donde fueron tiroteados por soldados rusos el periodista estadounidense Brent Renaud, que perdió la vida, y el fotógrafo que le acompañaba, que resultó herido. Ambos intentaban documentar el éxodo de civiles de la localidad de Irpín, en una zona supuestamente segura.
El Gobierno de Estados Unidos también lamentó la muerte del cámara de la cadena de televisión Fox News Pierre Zakrzewski y de la periodista ucraniana Oleksandra Kuvshinova, en un ataque achacado a las fuerzas rusas. "Estoy agradecido a todos los que arriesgan su vida para mostrar al mundo lo que está pasando en Ucrania", dijo Antony Blinken, secretario de Estado estadounidense.
El periodista argentino Joaquín Sánchez Mariño y sus compañeros se encontraron con los proyectiles rusos mientras civiles ucranianos intentaban huir de Irpín. Militares ucranianos agilizaban la evacuación hacia un autobús cuando otro ataque ruso da un nuevo giro.
Los periodistas que están montados en el autocar, entre ellos el chileno Jorge Said, con su cámara en mano, salieron para documentar la matanza. Sánchez Mariño intentaba cerrar una crónica, pero se ve interrumpida otra vez por la guerra en estado puro. Finalmente, él y sus compañeros consiguieron ponerse a salvo.