La mayoría de nosotros hemos jugado alguna vez a la lotería u otro sorteo con un boleto compartido con amigos, familiares, compañeros de trabajo o trabajo. Entre muchos, el único acuerdo que existe es la palabra de quien se queda el boleto, lo comprobará y le comunicará al resto si ha sido premiado. Sin embargo, en algunas ocasiones, cuando la suerte acompaña, la última parte de ese trato no se cumple por quien tiene en su poder el boleto premiado.
Es lo que ha ocurrido en Canadá, S. Hung, un tailandés que trabaja en una fábrica del país, jugó a la lotería junto a cuatro compañeros de trabajo con el dinero que les había sobrado de una comida de Navidad.
Hung guardó el boleto de lotería y el pasado 14 de diciembre se dio cuenta que estaba premiado con un millón de dólares canadienses, aproximadamente unos 670.000 euros. El tailandés se lo ocultó a sus compañeros quienes se enteraron de lo sucedido días más tarde cuando vieron una fotografía en las redes sociales de su compañero recibiendo un cheque gigante.
Cuando esto sucedió, Hung ya había abandonado el país y se había ido a Tailandia, su país de origen. Según informa CTV News, sus compañeros han decidido llevar el caso a los tribunales.
Al parecer, el hijo de Hung, que permanece en el país, le dijo a la prensa que la lotería le había tocado a su hermana y que ordenó a su padre que fuera él a recoger el premio. Algo ilegal en el país.
Para casos como este, la lotería de Canadá, presenta la posibilidad de rellenar un formulario por cada una de las personas que comparten el boleto y que sirve como prueba en un futuro. Sin embargo, ninguno de los compañeros de trabajo lo había hecho.