Una mujer, en Estados Unidos, acudió a hacerse una pedicura, sin saber que iba a ser la última. Tras someterse al tratamiento estético, le tuvieron que amputar una de las piernas por la grave infección que le habían provocado.
Al parecer, los utensilios, que usó una de las trabajadoras del local de uñas dónde le realizaron la pedicura. no estaban limpios ni higienizados. Sin darse cuenta, le hizo un pequeño corte a la afectada, que derivó en un problema circulatorio y la amputación final de una de sus piernas.
Un corte apenas visible y casi sin importancia, pero que provocó que la infección se extendiera rápidamente desde el pie hasta la parte inferior de la pierna, haciendo que la clienta la perdiese por completo de rodilla para abajo. Pero no fue lo único que perdió. A causa de los enormes gastos médicos con los que tuvo que lidiar la mujer para intentar tratarse la infección, no pudo hacer frente a otros pagos y perdió la casa, tal y como recoge ElDebate.
Tras interponer una demanda por lo sucedido al local, la justicia le ha dado la razón. Y aunque, desde el centro de estética, en un principio alegaron que la responsabilidad era de la cliente, por no "tratar la herida pronto", un tribunal les obliga a indemnizarla con más de un millón y medio de euros -1,75 millones de dólares-, por todos los daños, físicos y morales, que ha sufrido en todo este tiempo.