Cientos de personas han acudido al funeral de Rayan Awram, el niño de cinco años que falleció, tras caer dentro de un pozo en Marruecos. El pequeño aguantó con vida varios días, pero cuando los rescatistas lograron llegar a él, encontraron su cuerpo sin vida.
El funeral ha tenido lugar en un cementerio próximo a Ighran, la ciudad donde ocurrió el accidente. que se encuentra a uno 70 kilómetros de Chefchaouen, en el norte de Marruecos. La ceremonia se ha llevado a cabo durante este mediodía, bajo el rito musulmán. Un imán pronunció una plegaria delante de los familiares y asistentes, antes de enterrarlo.
Hasta el lugar se acercó tanta gente que ni siquiera cabían en el cementerio. Según Evening Standard, se han tenido que levantar dos carpas frente a la casa familiar, para que pudieran darle su pésame. Unas condolencias a las que se han sumado públicamente el monarca marroquí, Mohammed VI, el papa Francisco o el presidente francés Emmanuel Macron, entre otros.
El pequeño Rayan, de cinco años, cayó el pasado martes por un pozo de 32 metros de profundidad y apenas 50 centímetros de ancho en la localidad de Ighran. Una vez se supo que el niño se encontraba en el interior del pozo, comenzó un trabajo incansable para conseguir rescatarle con vida. Un caso que conmocionó a todo el mundo.
Rayan consiguió resistir varios días en las profundidades del pozo gracias a que le hicieron llegar oxígeno y agua con azúcar a través de un tubo. Finalmente, y aunque los rescatistas pudieron culminar con éxito su llegada hasta el pequeño, a pesar de las múltiples dificultades, tras más cinco días atrapado, solo pudieron certificar al muerte de Rayan, quien se cree que podría haber muerto por inanición.