Egrán, la aldea donde vivía el pequeño Rayan, es una zona pobre donde todo el mundo lucha por ganarse su pan. Tal vez por eso, por saber que la tragedia golpeaba de nuevo a los más vulnerables todos se volcaron en rescatar a Rayan. Incluso los hubo que lo intentaron con sus propias manos. Durante 20 horas.
Marruecos ha vivido una ola de solidaridad que muchos no olvidarán. Nadie pudo evitar el fatal desenlace pero se dejaron la vida en ello. Los medios marroquíes difundieron el mensaje del Palacio Real en el que el rey Mohamed VI transmitía sus condolencias a la familia. El mensaje decía que Su Majestad había seguido muy de cerca el rescate y había dado instrucciones para emplear todos los esfuerzos posibles para salvar al niño. "Pero la voluntad de Dios es imparable y el niño ha respondido a la llamada del Altísimo", señalaba. El monarca agradeció el despliegue de solidaridad mostrado hacia la familia del niño.
El Papa ha elogiado a Marruecos por su tentativa de salvar a Rayan, el niño de cinco años que fue rescatado sin vida de un pozo en el que había permanecido los últimos cinco días a 32 metros de profundidad.
"Todo el pueblo trabajando para salvar a un niño. Lo intentaron todo. Lamentablemente no lo lograron, pero es un ejemplo", ha señalado Francisco durante el Ángelus de este domingo.
El Pontífice ha alabado de este modo la tenacidad del pueblo marroquí, que se ha volcado con la tragedia de esta familia. "Lamentablemente no lo lograron, pero es un ejemplo que leí en 'Il Menssagero' (un periódico italiano), la fotografía de ese pueblo esperando, en espera de salvar a un niño. Gracias a ese pueblo por ese testimonio", ha expresado el Papa, arrancando el aplauso de los presentes en San Pedro.
Durante la catequesis, el Pontífice ha reflexionado sobre "la decepción" que constatan los hombres cuando se esfuerzan pero no ven "los resultados deseados". Francisco ha comentado el episodio del Evangelio cuando Simón Pedro lava sus redes después de una noche de pesca que salió mal: "Cuántas veces también nosotros nos quedamos con una sensación de derrota, mientras la decepción y la amargura surgen en nuestros corazones".
Para el Papa, la barca vacía es símbolo de "incapacidad" y se convierte en la "catedra" de Jesús, en el púlpito desde el que proclama la Palabra. "Dios no quiere un crucero, le basta con una pobre barca "destartalada", siempre que lo acojamos. Pero, ¿lo dejamos entrar en la barca de nuestras vidas? ¿Ponemos a su disposición lo poco que tenemos? A veces nos sentimos indignos de Él porque somos pecadores. Pero esta es una excusa que no le gusta al Señor, porque lo aleja de nosotros. Es el Dios de la cercanía: no busca el perfeccionismo, sino la acogida", ha agregado.
Nada más conocer la noticia, las redes se llenaron de mensajes anónimos y de personas conocidas que homenajeaban al pequeño y transmitían el pésame a sus familiares.