Los multimillonarios de EE.UU. se han enriquecido aún más durante la pandemia mientras millones de personas han caído en la pobreza. Se trata de una afirmación que produce ciertos escalofríos pero que, traducida en números, señala que los multimillonarios se han vuelto colectivamente 1,1 billones de dólares más ricos desde mediados de marzo. Es decir: los más ricos, no sólo han recuperado sus pérdidas por la pandemia, sino que a la mayoría les va mucho mejor que antes.
Así, ejecutivos poderosos como el magnate Elon Musk, director general de SpaceX y Tesla Motors, es cerca de 155.000 millones de dólares más rico gracias a la valoración bursátil de Tesla, que se ha disparado. Las ganancias contrastan con la situación financiera de quienes han perdido su trabajo durante la pandemia. Más de ocho millones de estadounidenses cayeron en la pobreza durante el último semestre de 2020.
La publicación de un estudio realizado por el portal ProPublica, en el que se citan registros confidenciales del Servicio de Impuestos Internos (IRS por sus siglas en inglés, equivalente a la Agencia Tributaria en España), ha puesto en entredicho la equidad del sistema fiscal estadounidense.
El resultado del análisis está directamente relacionado con la información fiscal de los 25 estadounidenses más ricos, que "vieron aumentar su valor en un total de 401 mil millones de dólares entre 2014 y 2018". Este grupo incluye a multimillonarios como Jeff Bezos, Elon Musk, Warren Buffett, Carl Icahn, Michael Bloomberg y George Soros.
En el caso de Musk, el empresario no pagó impuestos federales sobre la renta en 2018, a pesar de disfrutar de un aumento de riqueza que lo ha convertido en la segunda persona más rica del planeta en los últimos años. Durante ese período de cinco años, el físico sudafricano nacionalizado canadiense y estadounidense, ha pagado una tasa impositiva real del 3,27% sobre un crecimiento de la riqueza de 13.900 millones de dólares.
Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon, hizo por su parte lo propio en 2007 al no pagar ese año nada en impuestos federales. Cuatro años más tarde, cuando su patrimonio se incrementó en 18.000 millones de dólares, el hombre más rico del mundo declaró pérdidas por lo que solicitó (y recibió) un crédito fiscal de 4.000 dólares por sus hijos.
El financiero George Soros, especulador influyente en los mercados financieros internacionales, pasó tres años consecutivos sin pagar el impuesto sobre la renta federal “Entre 2016 y 2018, George Soros perdió dinero en sus inversiones por lo que en esos años no debía impuestos federales sobre la renta”, ha dicho un portavoz del multimillonario en un comunicado.
El rico inversionista ex asesor de Trump, Icahn, cuyo patrimonio neto se estima en 17.200 millones de dólares, declaró un ingreso total de 544 millones de dólares en 2016 y 2017, de acuerdo con las declaraciones de impuestos obtenidas por ProPublica, pero no pagó nada al gobierno federal por esos años porque sus gastos excedieron sus declaraciones de ingresos.
El foco también se ha puesto estos días en Bloomberg, el hombre que controla el gigante de los medios de comunicación que lleva su nombre, tras saberse que en 2018 declaró ingresos de 1.900 millones de dólares y pagó 70,7 millones de dólares en impuestos sobre la renta. Según el informe, el inversionista pudo reducir su factura de impuestos a través de deducciones, donativos y “créditos por haber pagado impuestos extranjeros”.
En la lista de los 25 hombres más poderosos y adinerados de Estados Unidos que pagan impuestos muy por debajo de los que un ciudadano común entendería, se encuentra el empresario Buffett, presidente ejecutivo de Berkshire Hathaway. El multimillonario pagó sólo 23,7 millones de dólares en impuestos entre 2014 y 2018, cuando su riqueza aumentó en 24.300 millones de dólares.
Cabe recordar, no obstante, que Buffet, conocido como el “Oráculo de Omaha” por el certero éxito de sus inversiones, hace casi una década hizo una declaración que inmediatamente se hizo muy famosa, al afirmar que pagó una tasa impositiva más baja que la de su secretaria, gracias a muchas las lagunas y deducciones que benefician a los ricos.
La declaración de Buffett en 2011 hizo que el presidente Barack Obama propusiese aumentar los impuestos de las personas que ganaban más de un millón de dólares. Pero la “regla de Buffett”, se hundió en el Congreso.
Y cierto es también que junto a Buffet, una veintena de personas firmaron en 2019 una carta en la que básicamente pedían pagar más impuestos. El grupo incluyó a Soros, al cofundador de Facebook, Chris Hughes, y a la heredera Abigail Disney, así como otras figuras involucradas en causas liberales.
La capacidad de los ricos para reducir sus impuestos no es nada nuevo, pero es importante destacar que todos utilizaron estrategias fiscales perfectamente legales, razón por la cual el informe ProPublica avivó el debate sobre las lagunas, refugios y paraísos fiscales en el extranjero disponibles para las corporaciones adineradas y gigantes, cortesía del código fiscal federal.
Dicho de otra manera, se aprovechan de los vacíos legislativos en el código tributario, que enfatiza los ingresos salariales con respecto a la riqueza. Muchas de las posesiones que acumulan (acciones, mansiones, yates...) no se consideran ingresos tributarios. El mecanismo consiste en vivir de préstamos bancarios bajo el aval de su patrimonio y, en todo caso, sólo obtienen ganancias al vender. Pero también en estas ocasiones disponen de vías legales para recortar la obligación impositiva.
Además, a los ricos les gusta invertir en acciones porque, cuando llega el momento de vender, los impuestos suelen ser más bajos que las tasas sobre los ingresos salariales si el capital se mantuvo durante más de un año. También a menudo pueden permitirse correr riesgos mayores.
Tras la filtración de sus confidenciales declaraciones de impuestos, Buffet y Bloomberg han dejado claro que han pagado todos los impuestos que debían. Carl Icahn del mismo modo, también ha asegurado haber seguido cuidadosamente las leyes fiscales de Estados Unidos: “De ninguna de las maneras mis actividades son ni remotamente cuestionables ni diseñadas con el propósito de eludir impuestos”, dijo Icahn a ProPublica.
“Hay una razón por la que se llama impuesto sobre la renta”, agregó el multimillonario cuando se le preguntó si era apropiado no pagar impuestos durante los años específicos. "La razón es: si eres una persona pobre, una persona rica, si eres Apple, si no tienes ingresos, no pagas impuestos. ¿Crees que una persona rica debería pagar impuestos sin importar qué? No creo que sea pertinente. ¿Cómo puedes hacerme esa pregunta?”, añadió.
El director de Tesla, Musk, en una cadena de tuits dijo esta semana que seguirá pagando impuestos sobre la renta de California proporcionales al tiempo "significativo" que pasa en el estado a pesar de haberse mudarse a Texas el año pasado, donde no existe el impuesto sobre la renta.
En 1999, cuando Donald Trump consideraba la candidatura a la presidencia por el Partido de la Reforma, el magnate propuso pagar por única vez un impuesto del 14,25% sobre las fortunas superiores a los 10 millones de dólares que podían eliminar la deuda nacional.
“Todos salen ganando”, dijo Trump en esa ocasión. Tras ganar las elecciones presidenciales de 2016, se le preguntó si seguía apoyando esa propuesta y la Casa Blanca no dio respuesta alguna. El expresidente republicano, además, nunca llegó a hacer pública su declaración de la renta, cuando todos los presidentes anteriores así lo han hecho.
Los expertos señalan que el punto de inflexión para que los más ricos no paguen impuestos dentro de la legalidad, nace de la aprobación del plan fiscal del exmandatario Trump, que beneficia a los más ricos y a las grandes corporaciones frente al resto.
El informe de ProPublica con información confidencial de la agencia tributaria estadounidense, sale a la luz casualmente (o no) en un momento en el que se debate la propuesta fiscal del presidente Biden, que deber contar aún con la aprobación del Congreso.
La senadora Elizabeth Warren, demócrata por Massachusetts, dijo recientemente en un tuit: “Nuestro sistema fiscal está manipulado para los multimillonarios que no hacen su fortuna con los ingresos, como lo hacen las familias trabajadoras. La evidencia es muy clara: es hora de que un impuesto a la riqueza en Estados Unidos haga que los ultrarricos paguen finalmente su parte justa″.
Entre las de propuestas de Biden, espera obtener ingresos para financiar su plan multimillonario para impulsar la infraestructura, las familias, la educación y la capacitación laboral, y Biden está apuntando a los ricos para obtener impuestos más altos. Pretende aumentar la tasa impositiva máxima al 39,6% para las personas que ganan 400.000 dólares al año o más en ingresos sujetos a impuestos, que se estima en menos del 2% de los hogares estadounidenses. La tasa impositiva máxima que pagan los trabajadores sobre sueldos y salarios ahora es del 37%.
Por otro lado, la ganancia de capital a largo plazo, que en la actualidad va en tres tramos -del 0%, 15% y a partir de 440.000 dólares un 20%-, Biden las quiere hacer tributar a un tipo ordinario igual al del impuesto sobre la renta, con lo cual esta podría llegar hasta el 37% e incluso al 39,6% si se aprueba la propuesta anterior, lo que está generando otro encendido debate entre los estadounidenses.
Quienes se oponen a crear un impuesto a la riqueza, suelen argumentar que Europa es el mejor ejemplo del fracaso de ese gravamen, ya que en la década de los 90, 12 países lo tenían, y ahora solo quedan tres: Suiza, Noruega y España. Y la razón del fracaso, dicen los detractores, es que los ricos se llevaron su dinero a otros países para evitar ese impuesto…
En Washington residen cuatro de las personas más ricas del planeta: Gates, Bezos, su exmujer, la novelista MacKenzie Scott, y el antiguo director ejecutivo de Microsoft, Steve Ballmer. Y Washingon es también ahora un hervidero de propuestas para imponer impuestos más altos a los ricos, incluida una propuesta única en su tipo para gravar la riqueza de los multimillonarios a nivel estatal.
Cuando se les ha preguntado, los cuatro se han negado a hacer campaña a favor de las propuestas de aumento de impuestos, rechazando las solicitudes para respaldar las medidas y manteniéndose al margen.
“Se han mantenido muy, muy callados durante esta conversación, y no es por falta de intentos”, ha dicho Noel Frame, legislador estatal que está detrás del impuesto a la riqueza. "Hablé con gente que habla con ellos y han optado por no participar".
En el mundo más cotidiano y común, aunque no están al alcance de la mayoría, hay personas ricas, millonarias y multimillonarias, solidarias y comprometidas con las necesidad de un mundo mejor. Decir lo contrario sería injusto. Pero independientemente de la ideología, también abundan los que no tienen interés en reducir la desigualdad, ni tienen un imperativo ético por tratar que las cosas sean más equitativas, aun cuando los mejores lugares para invertir son aquellos donde hay una sólida clase media, más allá de la injusta pobreza.