Un grupo de 140 españoles han sido evacuados de Ucrania desde Cracovia, Polonia. La mayoría de ellos ha aterrizado de madrugada en el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde han sido recibidos por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Todos respiran más tranquilos tras abandonar la guerra por la vía diplomática, pero han pasado mucho miedo.
Lluís Cortés ha puesto fin a 55 horas de angustia. Los suyos le esperaban anoche en Barcelona. "La pesadilla sigue con toda la gente que está allí. Tengo muchos amigos", señalaba al llegar. España ha sido testigo de cómo el entrenador de la selección ucraniana de fútbol femenino y su compañero Jordi, preparador físico, salían de Kiev. Una odisea por carretera y tren narrada en primera persona.
Se podía ver también a familias con niños. El menor, una bebé de solo cuatro días, en brazos de su madre. Nació justo cuando empezó la evacuación. "Muchas vidas, muchos casos humanos distintos. Mucho alivio porque estén aquí. Alegría no podemos decir en este contexto", ha comentado Albares.
Entre los recién llegados había una embarazada de siete meses. "Para todos es un shock", cuenta la mujer. Otro hombre destacaba que, gracias al convoy protegido, no reclutaron por el camino a su hijo adolescente. Vicente se emocionaba al aterrizar. Fue a la boda de su hija a Ucrania. "En vez de boda nos hemos encontrado una guerra", lamentaba anoche. Y es que quedan muchos españoles por salir.