El coronavirus ha destapado en España las condiciones en las residencias españolas, ahora va a destacar las condiciones en las que viven una parte de los empleados de la industria cárnica en Alemania. Remuneraciones por debajo de la salario mínimo, alojamientos de miseria para los trabajadores - buena parte de ellos inmigrantes venidos de países del este europeo - o ausencia de derechos a baja por enfermedad. Es la doble vara de medir en estos centros donde podemos encontrar, a los empleados alemanes bajo condiciones en regla y, por otro, el de los empleados en condiciones precarias venidos del este de Europa. Y estos pueden dormir apilados en una misma habitación. Condiciones idóneas para el contagio del coronavirus.
"Soko Tierschutz", una asociación que ha documentado quejas en los mataderos alemanes durante años describe una realidad dura en ellos. Su asociación documentó no solo la crueldad sistemática hacia los animales, sino también las terribles condiciones en el alojamiento colectivo: los trabajadores dormían en pasillos llenos de gente con literas, docenas de empleados compartían baño. Unos hechos que el brote de más de 650 infectados en un matadero en la ciudad alemana de Gütersloh, que ha obligado a que 7.000 personas estén en cuarentena, ha hecho que los medios alemanes pongan la lupa en una realidad a veces olvidada. "En la empresa, los trabajadores tuvieron que continuar su turno a pesar de los recortes y el aumento del consumo de alcohol para soportarlo", según desvela el diario Sueddeutsche.
La compañía ha pedido perdón por el brote que asusta a toda Europa y considera que el regreso de los trabajadores venidos del Este de sus vacaciones como una de las razones de las infecciones, según el diario Der Spiegel. Aparentemente, las habitaciones refrigeradas promovieron la transmisión del virus a muchas personas, dijo el representante de Tönnies, Gereon Schulze Althoff. "Si bien inicialmente se vieron obligados a permanecer en Alemania debido a las fronteras cerradas, muchos han visitado recientemente a sus familias en sus países de origen. Todos los retornados de vacaciones han sido evaluados, pero solo si han estado fuera por más de 96 horas. Sin embargo, si solo estuvo el fin de semana para visitar a la familia no se hizo. Tal vez ese fue el error", dice Schulze Althoff.
Los sindicalistas han criticado las condiciones de trabajo en la industria de la carne durante años. Para Armin Wiese, representante regional del sindicato de alimentos y bebidas (NGG), el descubrimiento de la fuente de la infección no es una sorpresa. "Hemos advertido durante mucho tiempo que este trabajo es peligroso", señala Wiese. En el día a día, es imposible mantener la distancia mínima de 1,5 metros y eso que la empresa obliga a sus trabajadores a usar máscaras faciales en la cabeza y el cuello: "Pero sirven para proteger el producto contra la saliva, por ejemplo, el virus pasa por los poros", dice Wiese en medios alemanes como el Der Tagesspiegel.
Los sindicalistas advierten que la transpiración de los trabajadores sudorosos es un problema de contagio en los mataderos de todo el mundo. La empresa reconoce que no está preparada para una pandemia y se plantea ahora reducir el riesgo de coronavirus en la empresa con una mejor ventilación y luz UV artificial.
"No sé cuáles son las condiciones de la matanza, pero entiendo que son unas condiciones con unas temperaturas y una humedad que puedan favorecer la supervivencia del coronavirus en superficie por un tiempo más largo", ha explicado Fernando Simón en su rueda de prensa diaria sobre la incidencia del COVID-19 en España.
"Los mataderos tienen condiciones muy particulares, no solo por el medio ambiente en el que se pueden mover, sino por el tipo de profesionales, el tipo de trabajo, los grupos sociales de los que vienen estos profesionales y por los mecanismos de prevención de estos mataderos", ha agregado Simón.