Meses después de que el mundo del fútbol quedase conmocionado por la muerte del futbolista argentino Emiliano Sala, las investigaciones revelan datos del momento de la tragedia.
Al parecer, la última hipótesis que se trata es que el piloto del avión y el futbolista pudieron respirar niveles mortales de monóxido de carbono en la cabina, ya que las pruebas de toxicología que se le realizaron a Sala muestran que tenía una saturación de monóxido de carbono del 58% en su sangre.
En declaraciones de la Subdivisión de Investigación de Accidentes Aéreos, recogida por The Telegraph, una cantidad superior al 50% es probable que cause “convulsiones, pérdida de conocimiento e incluso ataque cardiaco”.
El accidente se produjo el pasado 21 de enero, cuando el futbolista viaja en una avioneta desde Francia a Inglaterra, donde acaba de incorporarse al equipo inglés del Cardiff. En la avioneta solo iban él y el piloto, David Ibbotson. Después de días de búsqueda, finalmente el 4 de febrero hallaron los restos del avión y los cuerpos, en el fondo del Canal de la Mancha.
La exposición al monóxido de carbono puede provocar daños en el cerebro, el corazón y el sistema nervioso, y un nivel de COHb por encima del 50 por ciento se considera potencialmente letal, causando convulsiones, pérdida de conciencia o un ataque al corazón.
En este sentido, el informe remarcó que por "el tipo de aeronave", la cabina no está separada del resto del avión, por lo que considera "probable" que el piloto "se viese afectado en cierta medida por esta exposición al monóxido de carbono" y esto pudiese "reducir o inhibir su habilidad para pilotar un avión dependiendo de esa exposición".
El boletín advierte que "un mal sellado de la cabina, o fugas en la calefacción y el sistema de ventilación del escape puede proporcionar vías" para la entrada del monóxido de carbono, y que "la mejor protección" para evitar este envenenamiento "es evitar la exposición".
"Hay varios dispositivos disponibles que pueden alertar a los pilotos visual o audiblemente de la presencia de CO. Estos dispositivos no son obligatorios en aeronaves bajo la Agencia de Seguridad Aérea de la Unión Europea (EASA) o la Administración Federal de Aviación (FAA), pero pueden alertar a los pilotos o pasajeros sobre una potencial amenaza mortal", prosigue.
La AAIB (Subdivisión de Investigación de Accidentes Aéreos) afirma que está "trabajando" con los fabricantes de aviones y motores en Estados Unidos para identificar por donde pudo ingresar el monóxido de carbono "en la cabina de este tipo de aeronave". "También se continuará investigando asuntos operativos, técnicos, organizativos pertinentes y factores humanos que podrían haber contribuido al accidente", sentenció.
"Estos peligrosos altos niveles de monóxido de carbono que se han encontrado en el cuerpo de Emiliano plantea muchas cuestiones para la final. Como falleció será determinado por la investigación en su debido momento. La futura seguridad aérea se basa en saber lo más posible sobre este tema", afirmaron en un comunicado la familia del fallecido.