Si nada cambia, las elecciones presidenciales de 2020 en EEUU se celebrarán el próximo martes 3 de noviembre: los americanos tienen por delante la labor de escoger al que será el nuevo presidente de EEUU, teniendo en cuenta que el límite establecido por la Vigesimosegunda Enmienda constitucional permite al presidente en ejercicio, Donald Trump, ser reelegido para un segundo periodo de gobierno. Si la candidatura de Trump está clara, aún se desconoce cuál será su rival del lado republicano, que se elegirá durante las elecciones primarias presidenciales. ¿Cómo funcionan las elecciones en EEUU? ¿En qué consisten las primarias?
La decisión a la que se enfrentan los ciudadanos este año es crucial: el país decidirá si elige a un nuevo presidente de corte demócrata, o si renueva el mandato del actual ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump. Del lado demócrata, Joe Biden y Bernie Sanders son los favoritos. El coronavirus lo puede cambiar todo con la sanidad en el centro del debate. Áreas como la política migratoria, la reforma fiscal, la diplomacia o el retroceso en la lucha contra el cambio climático por parte del líder republicano son algunas de las bazas con las que cuentan los demócratas para arrebatar el poder al magnate.
Desde la web Usa.gov se explica a todos los ciudadanos la forma en que se desarrollan las elecciones a la presidencia de EEUU. Éstas se llevan a cabo, como en muchas otras democracias del mundo, cada cuatro años, y en este caso se celebran habitualmente el primer martes después del primer lunes de noviembre. Por tanto, las próximas elecciones presidenciales serán el 3 de noviembre de 2020.
Cada candidato presidencial debe cumplir ciertos requisitos: ser ciudadano nacido en EEUU, tener al menos 35 años de edad y haber vivido 14 años en el país. Los candidatos deben registrarse con la Comisión de Elecciones Federales y autorizar un comité para recaudar y gastar los fondos en su nombre.
Antes de la elección general, la mayoría de los candidatos a presidente pasan por una serie de elecciones primarias y asambleas de partidos o caucus a nivel estatal. A pesar de que las elecciones primarias y caucus se desarrollan de distinta forma, el objetivo es el mismo: permiten que los estados participen en la selección de los candidatos de los partidos principales para la elección general.
Las elecciones primarias estatales están a cargo de los gobiernos estatales y locales, y el voto es secreto. Los caucus, por su parte, son asambleas privadas realizadas por los partidos políticos: se llevan a cabo a nivel del condado o distrito electoral. En la mayoría, los participantes se dividen en grupos dependiendo del candidato al que apoyan. Los indecisos forman su propio grupo. Cada grupo da discursos apoyando a su candidato y trata de que el resto se les una. Al final, el número de votantes en cada grupo determina cuántos delegados ganó cada candidato.
Después de las elecciones primarias y las asambleas de los partidos políticos o caucus, la mayoría de ellos realizan convenciones nacionales, durante las que lanzan la campaña para las elecciones generales. Así, en la convención nacional se ratifica la elección final de los candidatos a presidente y a vicepresidente de un partido político.
Para ser nominado como candidato a presidente normalmente el aspirante debe, en primer lugar, ganar la mayoría de los delegados. Esto normalmente se produce durante las elecciones primarias de los partidos políticos y las caucus. Posteriormente, la elección se confirma a través del voto de los delegados durante la convención nacional.
En el caso de que ningún candidato obtenga la mayoría de los delegados durante las primarias y las asambleas del partido, los delegados de la convención eligen al candidato que van a nominar. Esto sucede a través de rondas de votación adicionales.
Así, mientras que en otras elecciones los candidatos son elegidos directamente por voto popular, en el caso de EEUU éstos son determinados por el voto de los 'electores’, término medio entre un voto popular ciudadano y una votación en el Congreso.
Después de que los ciudadanos emitan el voto para presidente, éste pasa a un recuento estatal. En 48 estados y en Washington, el ganador consigue todos los votos electorales para ese estado. Maine y Nebraska, sin embargo, asignan a sus electores utilizando un sistema proporcional. Un candidato necesita el voto de al menos 270 electores (más de la mitad del total) para ganar la elección presidencial.
En la mayoría de los casos, es posible proyectar a un posible ganador la misma noche de las elecciones de noviembre, al terminar el recuento de la votación popular ciudadana. Sin embargo, la votación del Colegio Electoral, que es la que determina oficialmente al ganador, tiene lugar a mediados de diciembre, cuando los electores se reúnen en sus estados. La Constitución no exige a los electores que sigan el voto popular de su estado, pero es raro que alguno no lo haga.
Finalmente, el acto de investidura del presidente se celebra el 20 de enero (o 21 de enero, si el 20 cae en domingo) en el edificio del Capitolio de EEUU. En la mayoría de casos, el juramento presidencial es administrado por el presidente de la Corte Suprema de EEUU, en primer lugar al vicepresidente y en segundo lugar al presidente.