El avance descontrolado del Coronavirus por todo el mundo es ya un hecho. Sin embargo, muchos líderes mundiales continúan relativizando o negando lo que es ya una evidencia. Con 405.000 casos, repartidos por 108 países y 18.000 fallecidos en todo el mundo, el Coronavirus es una enfermedad que no se debe tomar a la ligera.
Algo de lo que parece haberse percatado Boris Johnson. El primer ministro británico ha tenido que girar por completo su estrategia. En un principio, pidió reclusión voluntaria a los grupos de riesgo para evitar su contagio y animó al resto de la población a inmunizarse del virus. Confiando en la robustez de un sistema nacional de salud que tras años de recorte conservador ya no es lo que era, Johnson esperaba poder parar el golpe del virus.
Con 6.800 casos y 300 muertos, Downing Street ha tenido que escuchar a sus propios expertos en salud que le alertaron de la alta transmisión de este virus y de que el país no está preparado para acoger tantos casos graves. Johnson decretaba ayer el confinamiento del país por tres semanas, aunque permitía el deporte y abría los parques por "motivos de salud física y mental".
Sin embargo, muchos británicos ya comenzaron el encierro voluntariamente hace días. La actividad en ciudades como Londres ha disminuido drásticamente, aunque esta mañana se volvían a repetir imágenes de aglomeraciones de gente en el metro de la capital.
Otro de los principales negacionistas ha sido Donald Trump. A pesar de que él mismo se tuvo que someter a la prueba y empeñado en asignar al Coronavirus el nombre de "Virus chino", el presidente norteamericano se refería hace apenas unas semanas a la enfermedad como "un montaje complot de los demócratas" contra su persona. Después de que la Reserva Federal americana empezase a tomar medidas económicas drásticas, el millonario comenzó a recular y a gestionar la crisis que se le venía encima. A pesar de ello, se evaluó con "un 10/10" en la gestión.
Actualmente, Estados Unidos es el tercer país por número de contagiados con 46.548 y con 592 muertos. Números que seguirán subiendo estos días ya que muchos estados continúan sin tomar medidas de confinamiento. El presidente pedía hace dos días a los americanos quedarse en casa todo lo posible. Sin embargo, La situación no impide a Donald Trump bromear cuando una de sus asesoras admite tener fiebre.
El último rincón del mundo al que el Coronavirus ha llegado es América Latina. Con lentitud, los países iberoamericanos han empezado a tomar medidas como Argentina. Sin embargo, hay otros como México que por temor a parar su economía siguen sin decretar el confinamiento y su presidente, López Obrador, prefiere encomendarse a estampitas para parar al virus.
Otro gigante de esta zona del mundo, Brasil, sigue funcionando con normalidad. Bolsonaro fue uno de los más críticos contra la pandemia, y a pesar de que cuenta con 1967 contagiados, se niega a decretar la cuarentena en el país.