A finales de los 70, en Estados Unidos surgieron los ‘strippers’ masculinos y un nombre empezaba a ir de boca en boca en alusión a un legendario y sórdido club de Los Ángeles: ‘Chippendales’.
Fueron tiempos de desenfreno y trágicos suceso en torno a ese fenómeno que ahora repasa un documental. En aquel entonces, llegó a causar furor.
Inspirado en la ‘Mansión Playboy’, hombres musculosos vestidos con pajarita y poco más ofrecían su show con coreografías que caldeaban el ambiente mientras les llovían fajos de dólares.
Reclutados en gimnasios y bares, con sus cuerpos esculturales muchos hacían de strippers por primera vez: se vestían de polis malos y curas, mientras muchas mujeres también se desinhibían en una nueva época de libertad sexual.
Puertas adentro, sin embargo, los socios fundadores del club protagonizaban varios episodios de drogas, amenazas a la competencia y asesinatos; un ambiente sórdido que acabó con la condena por asesinato del dueño, que terminó ahorcándose.
Dieron con la fórmula, que hoy día sigue, aunque para escandalizar ahora en Las Vegas no basta con desnudarse.