Al menos 12 personas han muerto y 32 han resultado heridas por la explosión de una bomba ocurrida en la mezquita de Eid Gah, en la capital de Afganistán, Kabul, según informa el movimiento talibán.
La detonación habría ocurrido en la entrada del templo, donde se encontraba un gran número de fieles, ha explicado el viceministro de Información talibán y habitual portavoz, Zabibulá Muyahid.
Fuentes del movimiento bajo condición de anonimato han confirmado las cifras de víctimas a la agencia rusa Sputnik, mientras que testigos informan a la cadena afgana Ariana de que al menos una decena de personas han muerto en la explosión.
Se da la circunstancia de que el suceso ha tenido lugar durante los servicios funerarios de la madre de Muyahid, según informa por su parte el diario Hasht e Subh. La de Eid Gah es la segunda mezquita más grande de Kabul.
Hasta ahora ningún grupo ha asumido la responsabilidad del atentado.
Por otra parte, al menos cinco soldados paquistaníes han fallecido en la frontera noroeste con Afganistán durante un ataque de los talibán paquistaníes.
El asalto tuvo lugar en Waziristán del Norte cuando un grupo de milicianos atacaron el convoy en el que circulaban los militares, según ha hecho saber el ala de medios del Ejército paquistaní en un comunicado.
Los talibán paquistaníes, Tehrik e Taliban (TTP), se atribuyeron la responsabilidad del ataque poco después, en un asalto que ocurrió a pesar de que el primer ministro de Pakistán, Imran Jan, había hecho saber horas antes en una entrevista que el Gobierno estaba manteniendo conversaciones con algunas facciones.
El alto representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, ha pedido a los líderes internacionales que actúen para impedir un colapso socioeconómico en Afganistán tras el retorno al poder de los talibán a mediados de agosto.
"Necesitamos tener gente sobre el terreno en Afganistán, además de nuestros trabajadores humanitarios. La pregunta no es si deberíamos tener una presencia mínima de la UE, sino cuándo y cómo", ha apuntado Borrell.
El máximo diplomático europeo ha recordado que, desde que los talibán tomaron el poder en el país centroasiático, la UE ha decidido aumentar la ayuda humanitaria de 57 millones de euros a 200 millones de euros y, junto a sus Estados miembros, se han comprometido 677 millones de euros para ayudar a millones de afganos.
No obstante, también ha indicado que tanto la UE como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial han suspendido por ahora el acceso de Afganistán a sus programas debido a la incierta legitimidad del nuevo Ejecutivo afgano.
Esta situación está provocando una rápida devaluación de la moneda afgana y una alta inflación, dado que hay indicios de que los precios de los alimentos han subido al menos un 50% desde que los talibán tomaron el poder.