Italia espera su próximo Presidente de la República en una jornada soleada y fría en Roma. Convocados en Montecitorio, a unos pasos de la Fontana de Trevi y del Panteón, 1009 “grandes electores” que deben desarrollar la labor de decidir el nombre de la persona que desempeñará el mayor cargo del país y sustituirá a Sergio Mattarella. Pero, como suele ser, no se contaba con fumata blanca en la jornada inaugural de este que llaman cónclave laico. Y así fue. El presidente de la Cámara, Roberto Fico, leyó el resultado pasadas las nueve de la noche dando los 672 votos en blanco que determinaban finalmente que esta había sido solo una jornada de calentamiento.
El evento se desarrolla con periodistas y políticos que se encuentran en los caminos de salida y entrada al voto, se paran, hacen corros, toman café. Discuten en el llamado Transatlántico, la antesala a la Cámara donde se filtran nombres y se hacen apuestas futuribles. El verdadero candidato se mueve entre estas conversaciones y, dentro, la decisión que predominantemente han ordenado los líderes de los partidos para el lunes es la de ganar tiempo y, para ello, usar la herramienta del voto en blanco.
La partida más relevante se jugaba en los despachos, en todos los encuentros que se han ido desarrollando para sumar votos y no en la propia “ensaladera”, la urna que se usa para depositar las papeletas -compuesta, por cierto, de mimbre y lazos-. Esta es la primera vez en la historia que la votación del Presidente vincula otros muchos acuerdos y consecuencias a nivel político.
Tras la retirada el pasado fin de semana de Silvio Berlusconi, todo apunta a que la estrategia es la de poner las piedras para un camino de Mario Draghi al colle, como se denomina el Quirinal, el palacio del Presidente de la República en la colina más alta de Roma.
El día comenzaba con un encuentro del líder de la Lega, Matteo Salvini, y Mario Draghi, del que no se avanzaron puntos en común. Era, sin embargo, un anticipo de lo que traería el resto de la jornada y, sobre todo, una puerta abierta por parte del actual primer ministro. Era la primera vez que se metía a negociar políticamente de forma tan evidente. Salvini se reunió también con Enrico Letta, líder del PD, y declararon haber abierto una mesa de diálogo de cara a reunirse de nuevo durante la jornada del martes. También lo hizo el líder de la Lega con Conte, líder de M5S, con el que declaró de la misma manera sintonía en la estrategia.
Salvini tomaba así la iniciativa de negociar con liderazgo por el bloque de centro derecha, que comparte con Berlusconi y Meloni, de cara a encontrar un acuerdo que diese viabilidad a sus votos conjuntos -452-, más que los del centro izquierda -413-. A media tarde se empezaba a percibir que las fuerzas políticas estaban trabajando de forma “unánime” para que al final de esta semana Mario Draghi pudiese ser convertirse en el próximo Presidente de la República. Pero el secretismo es siempre el arma más poderosa y el tiempo puede dar la vuelta completa a las cartas.
El líder de Italia Viva, Matteo Renzi, explicaba a la salida, tras haber votado, que su candidato idílico había sido siempre Sergio Mattarella, que no ha parado de repetir en las últimas semanas que su trabajo había concluido. El ex primer ministro Renzi veía clara la posibilidad de Draghi como Presidente pero destacaba la necesidad de un “acuerdo político” de nivel. Mientras el nombre de Draghi se hacía más y más extendido el establishment financiero hacía su valoración, las voces empezaban a llegar fuera de Italia.
Las normas preveían el pasaporte COVID para entrar a la Cámara y poder votar. Los contagiados deben hacerlo desde un aparcamiento habilitado para su participación, al que podían acceder con su propio coche o con una ambulancia. La ex parlamentaria del M5S, Sara Cunial, y ahora diputada del grupo mixto, conocida por sus posturas no vax, ha sido la única en no poder entrar a votar por no cumplir la normativa que exigía el green pass para gozar del derecho al voto.
La jornada inaugural de este voto del Presidente de la República no ha traído grandes sorpresas, ahora el romanzo quirinal -novela quirinal-, nombre que adquiere el seguimiento de este acontecimiento en la prensa, seguirá en las próximas horas con los acuerdos secretos de los que saldrá el próximo nombre recibirá el mayor cargo de las instituciones italianas.