La Policía ha detenido al conductor de un BMW blanco que atropelló y mató a un bebé de dos semanas de edad en la localidad de Walsall, en Inglaterra. El vehículo se salió de la carretera y arrolló al carrito que empujaba la madre del pequeño fallecido.
Tras producirse el trágico accidente, el conductor abandonó el lugar de los hechos dándose a la fuga pero no tardó en ser detenido pocos minutos después acusado de homicidio imprudente y conducción temeraria.
Como consecuencia del terrible golpe producido el bebé murió poco después del atropello sin que las autoridades sanitarias pudieran hacer nada por salvar su vida. Los agentes creen que el vehículo pudo haber impactado con otro coche antes de salirse de la calzada y acabar arroyando a la madre del menor fallecido junto al carrito en la que esta llevaba al bebé.
A pesar de que el niño fue trasladado rápidamente al hospital, los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por su vida. Como consecuencia del accidente, la madre sufrió también una ligera contusión en el hombro pero nadie más ha salido herido.
Los medios ingleses se han hecho eco de la noticia y muestras las imágenes del lugar de los hechos en las que se puede ver con coche con la parte delantera totalmente destrozada. Según las primeras indagaciones, se piensa que el conductor abandonó el lugar a pie pero la investigación continúa abierta.
Después de producirse el accidente, el carrito del bebé quedó atrapado entre el vehículo y la pared de un local comercial. Testigos que presenciaron lo ocurrido relatan que los progenitores estaban visiblemente "histéricos" y "consternados" frente a lo sucedido.
La policía por su parte ha querido recordar que la investigación continúa abierta y ha hecho un llamamiento a la colaboración ciudadana para esclarecer lo sucedido y evitar cualquier tipo de especulación "a pesar de la dureza" de las imágenes y el dolor que supone la pérdida del bebé de dos semanas.