Se cumplen 46 días desde que Rusia invadiese Ucrania. Tras más de un mes y medio de conflicto bélico, los militares rusos tratan de mejorar sus posiciones en Mikolaiv. Las fuerzas ucranianas han conseguido derribar con misiles antiaéreos un cazabombardero que se dirigía hasta Mikolaiv, según las fuentes oficiales.
Esas mismas fuentes confirman que no han cesado los ataques rusos con artillería y cohetes en la región ucraniana. Por el momento, no se han reportado víctimas.
En la ciudad ucraniana de Buzova, cerca de Bucha, se ha podido ver la trágica escena en la que se han recuperado dos cadáveres más. Al ser identificados se ha podido escuchar los gritos y llantos de desgarro de la hermana de uno de ellos.
Los cuerpos sin vida fueron arrojados a un pozo, se calcula, el pasado 16 de marzo. Hay otros 50 muertos en esta zona, dice una funcionaria local, que asegura que los rusos les dispararon a quemarropa. A otros los quemaron vivos, añade, entre ellos a un adolescente de 17 años en un vehículo. Hay muchos casos como estos, concluye.
En la cercana Borodyanka continúan las labores de desescombro en busca de nuevas víctimas. Otras como Chernihov también pueden mostrar ahora, tras el repliegue invasor, las consecuencias de los ataques rusos.
Oleksander, que ayudó a medio millar de vecinos a huir, cuenta cómo estuvo refugiado 42 días en su sótano. El mismo lugar en el que fallecía la mujer de Ivan, madre de Vova, de diez años, y Vlad, de 6, protagonista de una de las fotografías más desgarradoras ante una tumba que tuvieron que improvisar en su casa por la oposición de las tropas rusas.
En Hostomel se puede comprobar de cerca el estado del avión Antonov, el más grande del mundo, destrozado en los ataques de Moscú. Que prosigue su lanzamiento de misiles de crucero y el fuego aéreo y terrestre mientras toma posiciones para reforzar su ofensiva en el este del país. Sus bajas en combate, se calcula, podrían ir de los 7.000 a los 15.000 soldados.