Los habitantes de la región ucraniana de Chernihiv, al norte del país, recordaron este sábado cómo sobrevivieron a semanas de bombardeos de las fuerzas rusas desde los sótanos de sus casas.
"La parte superior de la casa empezó a arder, tuvimos tiempo de salir corriendo", dijo Natalia Titova, una mujer jubilada de 62 años, de pie sobre los escombros de su casa destruida. Oleksandr Markov, que ayudó a evacuar a cientos de civiles de su pueblo, vivió en su propio sótano durante 42 días.
La mayor parte de su barrio ha quedado reducido a montones de escombros. Su padre, que vive al lado, resultó herido en un bombardeo, pero sobrevivió. "Me siento fatal por la gente que sufre esto", asegura Markov, exvendedor de maquinaria agrícola de 32 años de edad.
Rusia ha enviado a decenas de miles de soldados a Ucrania desde el 24 de febrero, en lo que denominó "una operación especial" para degradar las capacidades militares de su vecino del sur y erradicar a personas que calificó de "nacionalistas peligrosos".
Las fuerzas ucranianas han opuesto una fuerte resistencia y Occidente ha impuesto amplias sanciones para obligar a Rusia a retirar sus fuerzas.
En estos momentos, Rusia continúa reforzando sus tropas en el este de Ucrania. Así lo demuestran varios convoyes militares que abandonan sus posiciones en los alrededores de Kiev para dirigirse a las regiones de Oblast y Donbás.
En las últimas horas se han registrado bombardeos que habrían alcanzado apartamentos y escuelas de Lugansk y Járkov. En la localidad de Buzova, próxima a Bucha, también se han localizado fosas comunes con decenas de civiles que habrían sido víctimas del avance ruso.