La invasión rusa de Ucrania, que está causando estragos en muchas ciudades y en su población civil, tiene además otras víctimas colaterales. Algunas de ellas se pueden encontrar entre los escombros de los edificios derruidos por los bombardeos tan brutales que causa el Ejército ruso en las ciudades ucranianos.
Uno de los últimos ejemplos que se ha podido observar ha sido entre el panorama de destrucción que ha quedado tras un bombardeo en Kramostark. En un edificio rodeado de escombros, con los muros arrasados por la metralla el único atisbo que queda de vida es la de un gato que asoma por una de las ventanas.
Sus dueños, en el mejor de los casos, lo dejaron abandonado si pudieron escapar con vida. Lo mismo que les habrá pasado a otras muchas mascotas. En el peor, habrán muerto dejando solo a sus compañeros de cuatro patas.
Los refugiados que huyen de la guerra de Rusia contra Ucrania pueden desplazarse con sus mascotas sin la necesidad de solicitar previamente un permiso individual al no ser un estado miembro de la Unión Europea, después de que la Comisión Europea haya instado a sus países a flexibilizar las medidas habituales para facilitar que los desplazados puedan llevar consigo a sus animales sin dificultades.
Pocos días después de que Rusia iniciara la invasión el pasado 24 de febrero la Comisión Europea recordó a sus Estados miembro que el reglamento de la UE permite como excepción las condiciones previstas para los desplazamientos de animales de compañía sin ánimo comercial, "en situaciones excepcionales" autorizar el desplazamiento sin ánimo comercial a su territorio aunque no cumplan las condiciones habituales.
Así, los refugiados podrán viajar con sus mascotas sin que hayan presentado una solicitud previa de autorización y sin que el Estado de destino la haya concedido. Tampoco será necesario que los animales estén aislados bajo la supervisión oficial durante el tiempo que se cumplen esas condiciones y que no sea superior a seis meses.
El Ministerio reconoce que el "riesgo principal" para España de llegada de rabia "sigue siendo en la actualidad" el norte de África, un territorio fuertemente endémico y fuente frecuente de casos importados en Ceuta y Melilla.
En ese contexto, Sanidad de la Producción Agraria, que depende del departamento que dirige Luis Planas, observa que con el escenario actual en Ucrania "el riesgo procedente de esta zona se incrementa de forma notable", aunque admite que, en este momento es "difícilmente cuantificable" ya que no dispone de una estimación del número de animales de compañía que pueden llegar con los refugiados.
Ante la falta de una estimación cuantitativa, evalúa que a nivel cualitativo Ucrania "sigue siendo el único país de Europa donde la rabia está muy extendida entre los animales y las personas", con unos 1.600 casos de rabia actuales en Ucrania y con casos esporádicos en humanos pese a las medidas de prevención, según datos de 'Regulatory Mechanism in Biosystems' de 2021.
El Ministerio reconoce "lagunas" en las medidas de control de la rabia en Ucrania por la falta de coordinación y de esfuerzos significativos para sensibilizar a su población así como de financiación de los programas de profilaxis para humanos y animales.
Así, concluye que el "riesgo cualitativo de los animales compañía que pueden llegar acompañando a sus dueños sin asegurar el cumplimiento de los requisitos habituales es muy elevado" y, en función del número de refugiados que lleguen el riesgo cuantitativo podría "incrementarse de forma considerable", de modo de forma preliminar la calificación del Ministerio es "de riesgo alto".