El 8 de julio se cumplen 72 años del Caso Roswell, es decir, del presunto choque de una nave de origen no terrestre cerca de la ciudad de Roswell en Nuevo México. En concreto, ese día se publicó en prensa el anuncio por el ejército de Estados Unidos de la “captura” de restos de un ‘platillo volante’ en un rancho cerca de la mencionada ciudad.
El oficial de comunicación de la base aérea del Ejército en la ciudad, Walter Haut, emitió entonces un comunicado de prensa indicando que el personal del Grupo de operaciones 509 había recuperado un “disco volador” que se había estrellado. Los antecedentes del caso se remontan a junio, cuando un granjero de Nuevo México llamado Mac Brazel descubrió unos restos dispersos por su rancho.
Tras la publicación del comunicado militar, la versión cambia y se atribuyen los hechos al impacto de un gran globo del Proyecto Mogul, con el que Estados Unidos pretendía espiar a la URSS. Una versión que corroboraron posteriormente varios informes. Esta quedó en evidencia cuando en 1978 Stanton T. Friedman y William L. Moore comenzaron a investigarla.
Volvió otra vez, y con fuerza, la hipótesis del accidente de una nave de origen no terrestre, con la recuperación de varios cadáveres de alienígenas. “Yo he visto los expedientes secretos OVNI y no hay duda de que hubo contacto con extraterrestres”, afirmó el astronauta del Aplo 14 Edgar Mitchel, aunque murió en el 2016 sin haber facilitado ninguna evidencia que corrobore sus afirmaciones.