Este fin de semana, Austria, ante la oleada de contagios de coronavirus que sacudía al país dejando máximos diarios, sorprendía en Europa al imponer un confinamiento solo para los no vacunadosno vacunados; una medida que hoy parece que poco a poco está consiguiendo el objetivo que se buscaba.
En el país, quienes aún no se han inmunizado contra la covid solo pueden salir de casa para trabajar o para comprar comida, y esas durísimas restricciones ya estarían teniendo impacto.
Las cifras, de hecho, son contundentes: en el mayor centro de vacunación de Austria se ha pasado de 2.000 vacunados al día a 11.000 ayer.
Buscando las razones y por qué se ha vacunado tan poca gente en el país, –que ya ha encendido su alumbrado navideño dando bienvenida a unas fechas que están a la vuelta de la esquina y son propicias a incrementar las posibilidades de transmisión del virus–, podemos encontrar diversos factores. Uno de los principales: que hasta hace poco el país había vivido la pandemia con cierta normalidad, y de ahí que muchos jóvenes no se hubieran pinchado ninguna dosis por desidia.
Más allá, también está el mensaje negacionista, como ha explicado a Informativos Telecinco la joven española Aleida López, quien ha vivido toda la pandemia en Austria y subraya la importancia de que el partido de extrema derecha, el Partido de la Libertad de Austria (FPO), haya abanderado las tesis negacionistas.
“Al final todos los seguidores de ese partido también intentan seguir un poco lo que escuchan, y dicen: ‘si me partido lo dice, pues yo también lo hago’”, explica Aleida.
De hecho, algunos de sus líderes han defendido incluso tratamientos a base de vitamina C.
“Además de individualistas, son tontos”, dice un austriaco, dando cuenta de que también existe discordia y enfrentamiento al respecto; un cóctel también muy peligroso en plena pandemia.