Aproximadamente un millón y medio de cigarras, los insectos más ruidoso del planeta, emergerán este año en varios estados de la costa este de EEUU. Lo harán por un periodo de cuatro a seis semanas, ya que es su media de vida.
Se espera que los habitantes del suroeste de Virginia, algunas partes de Carolina del Norte y Virginia Occidental convivan con el ruido de estos insectos, que son totalmente inofensivos, según ha informado ‘Science Alert’.
Para algunos, el ruido será mayor: "Las comunidades y granjas con grandes cantidades de cigarras que emergen a la vez pueden tener un problema de ruido sustancial", advierte el entomólogo Eric Day de Virginia Tech.
"Con suerte, cualquier molestia por la perturbación se ve atenuada por lo poco frecuente y sorprendente que es este evento", añade, ya que las cigarras han estado bajo tierra 17 años, desde 2003.
Mientras que algunas especies de cigarras, explica el medio especializado, emergen cada año, esta, la cría IX, lo hace cada 13 o 17 desde la tierra, donde permanecen hasta que esta se calienta y maduran, normalmente en el mes de mayo.
Su ciclo de vida es algo que aún sorprende a los investigadores, que aún no saben por qué permanecen tanto tiempo bajo tierra. Una vez que salen, estas se reproducen y ponen huevos en el suelo.
De las más de 3000 especies de cigarras que existen, según National Geographic, estas que están a punto de emerger, las periódicas, tienen cuerpos negros, ojos rojos y alas de color naranja amarillento.
Aunque son inofensivas y no forman plagas, es posible que algunas de ellas invadan árboles y cultivos con sus huevos y hacen que estos se partan y se marchiten, por lo que muchos dueños de huertos y viñedos necesitan planificar con anticipación la aparición de los enjambres.
No obstante, la aparición de estos insectos es objeto de fascinación de muchos, que admiran sus fantásticas peculiaridades.
De hecho, precisamente, tras estudiar observaron los rasgos físicos y las características químicas de las alas de dos especies de cigarras, Neotibicen pruinosus, la cigarra anual, y Magicicada casinnii, la que emerge del suelo una vez cada 17 años, han demostrado en un estudio publicado en la revista Advanced Materials Interfaces que los compuestos químicos que recubren las alas de las cigarras contribuyen a su capacidad de repeler el agua y matar microbios.
Al analizar estas características, los investigadores esperan algún día diseñar estructuras artificiales con algunos de los mismos rasgos de superficie. Encontrar materiales que repelan el agua y maten microbios sería útil en muchas aplicaciones, desde la agricultura hasta la medicina.