La ciudad de Zhengzhou, capital de la provincia central china de Henan, ha reforzado aún más las medidas de prevención y control de la epidemia tras un reciente rebrote de infecciones de coronavirus. Desde el viernes, decenas de camiones y personal a pie desinfectan las calles y aceras principales de la ciudad.
Los desinfectantes se han rociado principalmente en las estaciones de tren de alta velocidad y sus alrededores, en las estaciones de ferrocarril, en los hospitales y en los grandes centros comerciales, entre otros.
Zhengzhou también ha suspendido los servicios de autobuses de pasajeros interurbanos y ha reducido la frecuencia de salidas de autobuses urbanos.
Los baños públicos, salones de belleza, sitios de entretenimiento, y guarderías están temporalmente cerradas. También está estrictamente prohibido comer en restaurantes.
Henan reportó 21 casos confirmados de transmisión local de COVID-19 y 102 casos asintomáticos entre el 31 de julio y el 5 de agosto durante el último rebrote de COVID-19.
A nivel nacional, las autoridades chinas impusieron el martes importantes restricciones de viaje, incluido el cierre temporal de aeropuertos y alertas de viaje a la población sobre desplazamientos internos, a causa de la variante delta, detectada por primera vez en India.
El brote se inició en la ciudad de Nankín, en la provincia de Jiangsu (este), donde nueve trabajadores de limpieza del aeropuerto dieron positivo el 20 de julio, brote aparentemente relacionado con un vuelo desde Rusia, tras lo que los contagios se han extendido a varias ciudades, entre ellas Pekín y Zhangjiajie.
En total, las autoridades de China notificaron el viernes más de un centenar de casos de coronavirus, la máxima cifra en los últimos seis meses, en medio de un aumento de los contagios achacados a la propagación de la variante delta que ha llevado a las autoridades a reimponer restricciones de movimiento.
La Comisión Nacional de Salud china indicó que durante las últimas 24 horas se han registrado 124 positivos --80 transmitidos de forma local y 44 importados--, entre ellos 61 en Jiangsu, convertido en uno de los epicentros de este último repunte.
De esta forma, el total de casos detectados en el país asciende a 101 094, con 4 636 muertos, mientras que 87.492 personas se han recuperado hasta ahora de la COVID-19, según ha recogido la agencia china de noticias Xinhua. En estos momentos hay 1.370 casos activos, incluidos 34 pacientes en estado grave.
He Quinghua, un alto cargo de la Comisión Nacional de Salud, afirmó el jueves que el repunte de casos está generando complicaciones a los esfuerzos de respuesta de las autoridades, si bien ha agregado que por ahora no hay riesgo de quedar fuera de control.
"Mientras las autoridades locales apliquen de forma estricta las medidas de prevención y control, creo que la epidemia estará en líneas generales bajo control en dos o tres periodos de incubación", ha explicado, tal y como ha recogido Xinhua.
La viceprimera ministra de China, Sun Chunlan, subrayó el miércoles que el control y prevención de la COVID-19 debe ser "la principal prioridad" de los gobiernos locales y ha hecho hincapié en la importancia de vigilar de cerca aeropuertos, puertos y fronteras terrestres.