Se llaman a sí mismos cazadores de virus y son un grupo de científicos que se dedican a capturar murciélagos para analizarlos y detectar en ellos nuevos virus. Estos animales pueden ser transmisores de enfermedades y, por eso, es importante monitorizarlos. Ahora se investiga en ellos nuevas cepas para prevenir futuros brotes de coronavirus.
Estos investigadores se encargan de capturar miles de murciélagos, tomar muestras de saliva para desarrollar un modelo de simulación que pueda evitar una pandemia similar al COVID-19, por la que ya han muerto 2,8 millones de personas.
Van vestidos como si fueran astronautas: EPIs para protegerse, guantes, gafas, mascarillas, gruesas botas, porque sabe que en este trabajo hay riesgos. Los murciélagos son foco de muchas enfermedades. Los investigadores insertan pequeños hisopos en las bocas de los murciélagos y miden las alas para tratar de ver cuál de las más de 1.300 especies y 20 familias de murciélagos son más susceptibles a las infecciones y las causas de esto.
La investigación realizada por la Universidad de Filipinas Los Baños busca que contribuya a predecir la dinámica de un coronavirus a través del análisis de factores como el clima, la temperatura y la facilidad de propagación a los humanos.
“Lo que estamos tratando de investigar son otras cepas de coronavirus que tienen el potencial de afectar a los humanos”, ha explicado el ecologista Phillip Alviola, líder del grupo, que ha estudiado los virus de los murciélagos durante más de una década.