Lo que habitualmente son refugios para la fe de los creyentes son hoy, en tiempos de pandemia, centros adaptados para la vacunación contra la covid-19. En las catedrales de Inglaterra, como la de Salisbury, se ha colgado temporalmente el hábito y se ha desplegado todo un equipo de enfermeros y enfermeras para suministrar la vacuna a personas mayores de 70 años y otros grupos vulnerables a la enfermedad.
Eso sí, con una sonrisa y la música de iglesia de fondo, recibir un pinchazo es mucho más agradable. Un hombre de 95 años que acaba de ser vacunado asegura que la experiencia ha sido maravillosa. El deán de la catedral de Blackburn, Peter Howell-Jones, se muestra entusiasmado de poder ayudar a la comunidad a inmunizarse ofreciendo el espacio de los templos.
El Gobierno británico prevé vacunar antes del 15 de febrero a ancianos, personas con patologías, sanitarios y cuidadores, lo que supondrá no solo un esfuerzo logístico considerable, sino también disponer de cerca de dos millones de dosis de la vacuna cada semana.
El balance de los efectos de la pandemia de covid-19 en Reino Unido se ha actualizado este domingo con 38.598 nuevos casos y otros 671 fallecidos mientras prosigue con su lenta tendencia descendente tras el apogeo de las últimas semanas.
La cifra de contagios es algo menor que los 41.000 casos del sábado mientras que el número de fallecidos diarios sí que baja sustancialmente respecto de los 1.295 de la víspera, de acuerdo con el balance.
El Ministerio de Sanidad, que actualiza diariamente los datos, tiene registrados 3.395.959 casos y 89.261 fallecidos desde el inicio de la pandemia de coronavirus. Un total de 37.475 pacientes permanecen ingresados en hospitales, unos 3.700 de ellos con respiración asistida.
El primer ministro británico, Boris Johnson, apeló esta semana a la cautela, pero reconoció que se estaba comenzando a percibir cierto signo de mejora en los datos de contagio. El ritmo de crecimiento del virus aún se sitúa entre 1,2 y 1,3 a nivel nacional, pero en el caso de la capital, donde las restricciones se impusieron antes, el dato cae a entre 0,9 y 1,3.
Sin embargo, aún deberán pasar semanas antes de que pueda aliviarse la presión hospitalaria y el Gobierno se teme que los datos sigan empeorando hasta febrero. La situación en la capital ha llegado a tal punto que algunos pacientes han sido trasladados desde Londres a Newcastle, a casi 500 kilómetros de distancia, según 'The Guardian'.
Johnson ha pedido a los ciudadanos que no se desplacen este fin de semana y que restrinjan al máximo sus movimientos, también en un intento de ganar tiempo mientras avanza el plan de vacunación.