David Cantero no podía disimular el impacto que le causaban las imágenes de unas catarata del Niágara heladas. "Y esta es la bellísima estampa que un temporal de nieve ha dejado en las cataratas del Niágara. La fuerza del agua se abre camino entre las paredes y las rocas cubiertas de nieve y hielo. Un espectáculo maravilloso que ha sorprendido a los escasos turistas que por la pandemia visitan las cataratas.
"Me sentía como si estuviera en el castillo de Elsa, en Frozen", dice una de las turistas que ha tenido el privilegio de ver este fenómeno de cerca. Imposible resistirse a una foto con este magnífico espectáculo de la naturaleza. Están heladas las cataratas del Niágara cuando un rayo de sol dibuja un arcoriris de perfección. Un temporal de frío y nieve ha cubierto de blanco las paredes y rocas de las cataratas. El agua encuentra su camino de caída y, del lado estadounidense, se disfruta de una bellísima panorámica. Será por unos días más. La previsión mantiene las temperaturas gélidas y anuncia más nevadas.
En enero del año pasado también se produjo esta estampa, gracias a temperaturas mantenidas por debajo de los -10 grados celsius. La última vez que el famoso enclave se congeló fue a principios de los siglos XIX y XX, pero los expertos consideran que las cataratas nunca se pueden congelar por completo, según desvela la BBC. La creación de la planta generadora de la Autoridad de Energía de Nueva York en la década de 1930 cambió la situación. "No se pueden congelar por completo; simplemente no puede pasar", aseguró Angela Berti, de la oficina de parques estatales de Nueva York. Es cierto que no se ve casi agua cayendo, "pero lo está, detrás del hielo y las piedras".
Las Cataratas del Niágara se ubican en la zona oriental de América del Norte, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá. La forma más sencilla de llegar a este sitio es desde Toronto (capital de Ontario), que se encuentra a unos 130 kilómetros del lugar. El recorrido se puede hacer en hora y media en automóvil.
Los turistas visitan este paraje durante los primeros meses del año, pues es cuando se puede apreciar el efecto del frío en el agua que fluye. También porque en invierno resulta mucho más barato, dado que algunos sitios turísticos permanecen cerrados. Actualmente, las Niagara Falls son uno de los principales destinos de Norteamérica con alrededor de 12 millones de excursionistas al año.