Henrique Capriles no se presentará a las elecciones en Venezuela si estas se llevan a cabo este mes de diciembre, tal y como las ha convocado Nicolás Maduro. De esta forma, Capriles se suma a la petición del Presidente encargado Juan Guaidó quien ha exigido al régimen venezolano la suspensión electoral hasta que se puedan celebrar unos comicios transparentes con la presencia de observadores internacionales de la OEA, la Unión Europea y Estados Unidos. El lunes de esta semana el Presidente de Estados Unidos Donald Trump aseguró que "había que estar atentos a lo que sucedería en Venezuela", y durante el fin de semana la Unión Europea anunció que se tenían que retrasar las elecciones entre 5 o 6 meses para que pudiera participar una misión de la UE como observadores y se garanticen unas legislativas limpias, transparentes y “que le sirvan al país y a los venezolanos”.
“¿Por qué no mover las elecciones? ¿Porque hay un cálculo político? Hay que tener la voluntad de resolver. Esta elección tiene que ser postergada, exigimos que sea postergada. Queremos darle la opción a nuestra gente, pero no hay condiciones en este momento, como bien lo dice la UE. Si hay la observación, va a haber la participación. Eso es lo que hemos peleado esta semana. Si no posponen no hay manera”, aseguró Capriles en un mensaje al país a través de todas sus redes sociales en la tarde del miércoles.
Sobre la misión diplomática que Josep Borrell, alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, envió a Caracas este pasado fin de semana y que se reunió tanto con sectores de la oposición como del gobierno para tratar de negociar condiciones electorales viables, Capriles agradeció la visita, aseguró que no vinieron de manera clandestina porque “todo el mundo lo sabía”, y dijo que vinieron a decir lo que todo el mundo quiere: “que necesitan tiempo para organizar una observación electoral, porque hay que hacerlo bien, porque nos conviene a todos. Una elección que no tenga reconocimiento internacional en esta situación económica en la que se encuentra Venezuela no tiene sentido. ¿Cómo vamos a tener acceso a crédito? ¿Cómo vamos a participar en el comercio internacional?”, señaló.
El que fuese gobernador del Estado Miranda y por dos veces candidato presidencial en Venezuela, terminó su discurso repitiendo uno de sus mantras de las últimas semanas: “buscar soluciones no es ser traidor. El dilema no es votar o no votar. El dilema es luchar o no luchar; y esta semana ha habido una lucha legítima en muchos estados”, señaló refiriéndose a las protestas que durante los últimos días han tenido lugar en 17 de los 23 estados de todo el territorio nacional debido a las malas condiciones de vida y a la falta de servicios básicos como la luz, el agua, el gas o la escasez de combustible.
Horas antes de la intervención de Henrique Capriles, la UE emitió un comunicado con su postura firme de no participar en las parlamentarias de diciembre si no se pospone la fecha pautada hasta ahora, y aseguran que en estos momentos se encuentran a la espera de la respuesta definitiva del gobierno de Nicolás Maduro que esperan que no se demore más de dos semanas.
El comunicado de la UE se hizo público tras la visita de la misión diplomática que estuvo encabezada por el secretario general adjunto del Servicio Europeo de Acción Exterior, Enrique Mora; y por el director general en funciones para las Américas, Javier Niño. La misión permaneció cuatro días completos en el país caribeño y se reunió en primer lugar con el líder opositor y reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, Juan Guaidó; con el propio Capriles, con Leopoldo López y con miembros de diferentes ONGs y de la sociedad civil. Por el lado del gobierno, los europeos se reunieron con el vicepresidente de comunicación Jorge Rodríguez y con el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez.
Según indicó este miércoles un alto funcionario de la Unión y que recogió la agencia EFE, “el objetivo (de la visita) era convencer a las autoridades de que se pospongan las elecciones seis meses, no por retrasarlas, sino para dar tiempo a que el Gobierno y la oposición negocien sobre las condiciones”. La pelota está en estos momentos en el tejado de Nicolás Maduro y parece, por ahora, que quiere jugar solo.
En las últimas horas más de 250 personalidades, filósofos, investigadores, científicos, políticos y expolíticos latinoamericanos habían enviado una carta exigiendo a Borrell que sea transparente con el viaje de la misión europea y que se retrasaran las elecciones.
El mandatario chavista, que encabezó un acto público de la denominada “Gran Misión AgroVenezuela” a la misma hora que Henrique Capriles comenzaba su alocución en sus redes, no hizo una referencia directa al tema del día en el país caribeño. Lo que sí hizo fue decir que el entre el 5 de octubre y el 5 de noviembre se aplicará un plan del suministro de combustible, en referencia a la severa escasez que sufre Venezuela desde hace semanas y meses y que ha provocado protestas a lo largo del territorio nacional en los últimos días.
Durante las últimas horas, Maduro también presentó frente a la cuestionada Asamblea Nacional Constituyente, un proyecto de ley que denominó “Ley Antibloqueo” y que sin dar muchos detalles al respecto sobre de qué se trata, aseguró que servirá para que en los próximos meses se “adapten las instituciones a una situación de guerra”, se abra la economía y se “reviertan todas las afectaciones” que han dejado en Venezuela las sanciones de EEUU.
Durante su presentación, el mandatario sí hizo referencia a las elecciones del 6 de diciembre porque dijo que esta ley traerá una mejora en la calidad de vida de los venezolanos durante los tres meses que restan para los comicios, y que conducirá a una “nueva etapa” a partir del 5 de enero, fecha en la que está previsto según la Constitución que se instale la nueva Asamblea Nacional fruto de la decisión en las urnas.
Maduro ha sido acusado por el Comité de Derechos Humanos de la ONU de crímenes de lesa humanidad. Está claro que, por el momento, ninguna de las partes parece dar su brazo a torcer, y si las cosas no pegan un giro radical hacia el entendimiento mutuo en las próximas semanas, Venezuela parece estar abocada al mismo círculo vicioso que le ha caracterizado durante los últimos años, con la celebración de unos comicios sin la participación de la oposición mayoritaria, con una gran abstención de los votantes, cada vez más hastiados y frustrados con la situación de decadencia del país, y con la victoria del chavismo sin el apoyo internacional que reconozca una nueva Asamblea capaz de legislar los asuntos tan importantes a los que debería enfrentarse en el siguiente periodo legislativo.
Un parlamento sin reconocimiento interno y externo sería un parlamento inútil y disfuncional que, en la práctica, sumiría a Venezuela en una espiral de negritud cada vez más profunda y sin camino de vuelta aparente.
Por su parte Estados Unidos incrementa la presión sobre el régimen dictatorial venezolano y el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha anunciado recompensas de hasta 5 millones de dólares cada una, a cambio de información que posibilite la detención y/o condena de Luis Alfredo Motta Domínguez y Eustiquio José Lugo Gómez. En 2015, Motta Domínguez fue nombrado presidente de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) de Venezuela y, más tarde ese mes, se lo designó como ministro de Energía Eléctrica. Lugo Gómez fue viceministro de Finanzas, Inversión y Alianzas Estratégicas del Ministerio de Energía Eléctrica y director de Adquisiciones de Corpoelec durante la gestión de Motta Domínguez.
El 27 de junio de 2019, Motta Domínguez y Lugo Gómez fueron procesados por conspiración para el blanqueo de capitales y el blanqueo de instrumentos monetarios en el Distrito Sur de Florida. Según la orden de procesamiento, Motta Domínguez y Lugo Gómez habrían adjudicado a tres sociedades de Florida contratos con Corpoelec por más de 60 millones de dólares a cambio de que les pagaran sobornos a ellos o en su beneficio.