Un ciudadano británico de 38 años no sabe si ponerse o no la vacuna contra el coronavirus a pesar de haber permanecido ingresado en la UCI durante una semana y tener que recurrir a una máscara de oxígeno para respirar después de padecer la enfermedad.
Allan es uno de esas personas que, por unos motivos o por otros, aun se resisten a ser inoculados con la vacuna contra el virus que, desde hace un año y medio, mantiene al mundo en jaque con una de las pandemias más largas que se recuerdan en la era moderna.
Tras padecer la enfermedad, ahora sufre una de las secuelas más adversas al tener que depender de una máscara de oxígeno para respirar. En una entrevista de la que se hace eco el diario Daily Star, Allan reconoce no estar del todo convencido sobre si ponerse o no la inyección contra la covid.
En un primer momento, este británico decidió no ponerse la vacuna. Ahora, tras vivir en primera persona un ingreso en la unidad de cuidados intensivos, reconoce que se lo está pensado pero aún no lo tiene claro. Los especialistas han recalcado que las vacunas, cuya eficacia no es del 100% y deja abierto al menos un “escape inmunitario” de un 10%, y que puede ser mayor con la proliferación de las distintas variantes del coronavirus que existen y que pueden surgir, –como en España han recordado en diversas ocasiones Fernando Simón y Carolina Darias–, no cierran completamente la puerta al virus pero son claves para evitar decesos y aplacar su impacto.
Una cobertura de vacunación lo más amplia posible, que se extienda no solo al país, sino a los distintos países del mundo es ahora mismo lo más importante Tal y como se encarga de destacar también la OMS en cada comparecencia, el virus no será vencido si no se trabaja a una escala puramente global.