El primer ministro británico, Boris Johnson, finalmente se ha doblegado al COVID-19 y las desastrosas cifras que está dejando en el mundo entero. El mandatario inglés ha anunciado este lunes la imposición del confinamiento domiciliario para combatir el coronavirus y restricciones como el cierre de comercios no esenciales y la prohibición de reuniones de más de dos personas. Estas medidas entrarán en vigor de inmediato y estarán en vigor "al menos tres semanas".
"Sé el daño que hace y hará a la vida de la gente, a sus negocios y a sus empleos", ha afirmado Johnson en una comparecencia televisada. "En este momento no tenemos opciones fáciles. La forma de seguir adelante es dura y sigue siendo cierto que tristemente se perderán muchas vidas", ha añadido.
A partir de esta misma noche solo se podrá salir de casa por "motivos muy limitados" como comprar para satisfacer las necesidades básicas, una vez al día para hacer ejercicio físico, por necesidades médicas y para el desplazamiento al lugar de trabajo cuando sea "absolutamente necesario".
El endurecimiento de las medidas en el Reino Unido se ha llevado a cabo después de que este lunes se detectaran 967 nuevos casos de COVID-19 en el país y los muertos se elevaran a 335, 54 más que ayer.
"Sin un enorme esfuerzo nacional para detener el avance de este virus llegaría una situación a la que ningún sistema sanitario del mundo podría hacer frente. Porque no habría suficientes respiradores, camas de cuidados intensivos, médicos, ni enfermeras", afirmó Johnson.
"Como hemos visto en otros lugares, en países que también cuentan con fantásticos sistemas sanitarios, ese es el momento realmente peligroso", agregó.
Antes del discurso del jefe del Ejecutivo, el ministro de Exteriores, Dominic Raab, urgió a todos los turistas británicos y "viajeros de corta duración" en el extranjero a que regresen al Reino Unido de inmediato "mientras todavía hay disponibles vuelos comerciales".
"Algunos turistas británicos en otros países ya están encontrando dificultades para regresar al Reino Unido debido a las restricciones internacionales", advirtió Raab, que alertó de que muchas aerolíneas están suspendiendo vuelos y numerosos aeropuertos en todo el mundo están cerrando, "algunos de ellos sin previo aviso"