Es una imagen que muestra la falta de humanidad en la frontera de Bielorrusia. Con una patada y a mordisco limpio de los perros es como la guardia fronteriza de Lituania trata de desalojar un campamento de inmigrantes. Con un mordisco en una pierna acababa un migrante, que dormía en un campamento improvisado, en la frontera con Bielorrusia, a donde fue devuelto. El sueño acababa así, a mordiscos y patadas.
La guardia de fronteras lituana asegura que su funcionario no sabía que había alguien dentro del saco de dormir y que el incidente no ha sido a propósito. Aunque en el vídeo se ve claramente cómo el agente le propina una patada antes de que su perro comience el ataque.
Es el violento y desgarrador despertar del desesperado sueño de llegar a Europa. Piden a Alexander Lukashenko una señal de humanidad, como la que se supone reciben en este almacén habilitado para refugiarse del frío.
En la otra línea fronteriza, la de Polonia, tras las pedradas, los gases lacrimógenos y los cañonazos de agua de ayer, los migrantes se han dividido en dos grupos. Más de un millar han optado por trasladarse a un almacén habilitado por las autoridades bielorrusas para pasar la noche ante las bajas temperaturas.
La mayoría aceptan que seguramente serán repatriados a sus países y este jueves Bagdad repatriará a 325 de sus ciudadanos, varados en la frontera en el primer vuelo de repatriación voluntaria que organiza. El resto sigue junto a la verja que los separa de la Unión Europea, dispuestos a pasar una noche más a temperaturas bajo cero.
En las últimas horas, 40 migrantes lograban colarse en territorio polaco, pero fueron devueltos al otro lado. Polonia ha dejado claro que no aceptará pactos con Bielorrusia cerrados por países terceros, sin su participación. Lo ha dicho el presidente, Andrzej Duda, en alusión a las mediaciones de Francia y Alemania. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, han acordado iniciar negociaciones entre la Unión Europea (UE) y Minsk.