Un soldado polaco ha muerto este sábado al dispararse accidentalmente un arma de servicio en la frontera con Bielorrusia, según ha informado en Twitter un portavoz de las fuerzas de seguridad polacas, Stanislav Zarin.
"Muy triste noticia. El soldado (...) murió mientras estaba de servicio. Mi simpatía por sus seres queridos", ha escrito Zarin, al tiempo que ha remitido a un comunicado de la brigada a la que pertenecía el militar.
Según el comunicado de la brigada, en el accidente no estuvieron involucradas terceras personas.
Además, un grupo de 50 migrantes ha conseguido cruzar en las últimas horas la cerrada frontera entre Bielorrusia y Polonia al atravesar a la desesperada una barrera de protección, según ha confirmado la Policía polaca en un comunicado.
El suceso ocurrió a última hora del sábado cerca de la localidad de Dubicze Cerkiewne, de acuerdo con las fuerzas de seguridad, que de momento han detenido a 22 integrantes del grupo, todos ellos de nacionalidad iraquí.
La Policía consiguió impedir otro intento cerca de la localidad de Kolonia Klukowicze, en el que resultó herido un agente por las piedras que le arrojaron los migrantes. También en las últimas horas han sido detenidas cuatro personas --dos ciudadanos de Georgia, un nacional de Siria y un polaco-- que transportaban a 13 migrantes.
Lo ocurrido es un nuevo episodio de la tensión reinante ahora mismo en la frontera, fruto, según la Unión Europea, de una represalia de las autoridades bielorrusas contra las sanciones emitidas después de las elecciones del año pasado en el país, que Bruselas consideró como fraudulentas.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha desmentido que haya facilitado la acumulación de migrantes en la frontera como medida de presión, tal y como le acusan las autoridades europeas.
Mientras tanto, la situación sanitaria sigue empeorando. Cientos de migrantes están pasando la noche prácticamente a la intemperie en medio de las bajas temperaturas, protegidos únicamente por tiendas de campaña, algunas de ellas improvisadas. Un total de 11 migrantes han fallecido
La jefa de la diplomacia británica, Liz Truss, ha responsabilizado a Rusia de lo que calificó como "una crisis vergonzosa" que se vive estos días en la frontera de Bielorrusia con Polonia.
"Rusia tiene una clara responsabilidad aquí, deben presionar a las autoridades bielorrusas para que pongan fin a la crisis y entablen un diálogo", afirma Truss en un artículo que suscribe en el dominical The Sunday Telegraph. Las personas desesperadas, a juicio de la titular del Foreign Office, son utilizadas como peones.
"Reino Unido no mirará hacia otro lado. Estaremos junto a nuestros aliados en la región. No solo del lado de Polonia, que soporta el peso de esta vergonzosa crisis, sino también de otros miembros del Grupo de Visegrado -Hungría, Eslovaquia y la República Checa - y nuestros amigos del Báltico y Ucrania", advierte la responsable de Exteriores.