Angustia, desesperación e incertidumbre la que viven miles de personas en la frontera , entre Bielorrusia y Polonia ante lo que la UE considera una crisis provocada y orquestada por Alexander Lukaschenko, presidente bielorruso. Las autoridades polacas informaron este lunes de 118 nuevos intentos de cruzar de forma irregular la frontera bielorrusa y de la expulsión de 39 personas, denunciando planes de "los servicios bielorrusos" para provocar un inminente asalto masivo. En un mensaje difundido en las redes sociales, las fuerzas de vigilancia fronteriza polacas afirmaron también que se halló a dos ciudadanos sirios al borde de la extenuación en territorio polaco, a pocos kilómetros de la frontera.
Aprovechando la noche, un grupo de 60 migrantes conseguía cruzar a Polonia pero terminaban empujándolos de vuelta hacia el lado bielorruso. Una suerte que también podrían correr dos hermanos sirios que se han convertido en nuevos rostros de esta tragedia humanitaria. Envueltos en mantas isotérmicas y casi inconscientes Kader y Loas estuvieron cuatro días perdidos en territorio polaco. Reflejan la realidad de miles de familias siguen sin apenas comida, agua o ropa con temperaturas bajo cero y el invierno está cada vez más cerca.
Bruselas acusa a Bielorrusia de facilitar el transporte de migrantes desde Oriente Medio hasta la frontera de su país con tres Estados miembros de la UE: Letonia, Lituania y Polonia. Esta semana, la situación estuvo a punto de descontrolarse. Y de repente, la petición de erigir muros fronterizos empezó a cobrar fuerza. Algo impensable en Bruselas hasta hace poco tiempo.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó durante una visita a Varsovia: “Hemos abierto el debate sobre la financiación europea de infraestructuras fronterizas físicas. Y esto debe resolverse rápidamente, porque las fronteras de Polonia y de los países Bálticos son fronteras de la UE. Uno para todos y todos para uno."
Este lunes, la UE volverá a acordar otra ronda de sanciones contra Minsk y y contra todos sus apoyos,
entre los que podría estar Rusia, que vuelve a desmarcarse de una situación insostenible
por la que el gobierno polaco pide ayuda a la OTAN. Por su parte, Lukashenko se lava las manos y exige a Occidente pruebas de que él esté detrás de esta crisis. Sin embargo, La Unión Europea no tiene dudas, mientras en la frontera, inamovibles siguen 15.000 soldados polacos custodiando la frontera.