Las personas que no utilicen mascarillas o que no hagan uso de cualquier prenda para cubrir su nariz y su boca no podrán entrar en los supermercados austriacos a partir de este miércoles. Se trata de una medida más anunciada por el Gobierno para ralentizar el ritmo de contagios del coronavirus. En el país centroeuropeo hay 9.103 contagios contabilizados, de los que el 11% están hospitalizados y un 2% en cuidados intensivos. Aproximadamente el 40% de las 2.500 camas de UCI están aún disponibles.
El canciller de la república alpina, el conservador Sebastian Kurz, aseguró que las mascarillas serán repartidas a las entradas de los establecimientos y que la obligatoriedad de su uso no busca sólo proteger a quienes las llevan sino también evitar que potenciales portadores del Covid-19 lo trasmitan a otras personas.
El Ejecutivo ha anunciado que las personas que pertenezcan a grupos de riesgo quedan liberados del trabajo en caso de que no puedan desempeñarlo desde sus hogares. Kurz señaló que todavía se tardará en cancelar las medidas de restricción de movimiento y de la economía, pero que cuando sea posible hacerlo, las tiendas y negocios reabrirán antes que los centros educativos. Además, ha reclamado más "esfuerzo y disciplina" para superar la pandemia.
Austria ha empezado una campaña de test aleatorios para determinar en la medida de lo posible el número real de contagiados, para lo cual planea también aplicar otro tipo de pruebas que verifican si la persona ha desarrollado ya anticuerpos contra el virus y por lo tanto está inmunizada.